Tercer empate consecutivo, segundo partido seguido en el que el Real Zaragoza comienza perdiendo, segundo encuentro con dos goles encajados… Los de Víctor Fernández han perdido la seguridad que habían alcanzado en defensa y en su juego en los últimos partidos de Liga ante Oviedo y Málaga.
Ante el Málaga, los blanquillos quisieron buscar consistencia en el centro del campo con Eguaras, Ros y Guti. Papu, en el vértice alto del rombo, era la gran novedad del once para, en teoría, poder combinar más agilmente con Suárez y Dwamena. Pero todo se quedó en la teoría. Sobre el campo, el Zaragoza no comenzó teniendo ni combinación ni llegada.
El Málaga, a los 3 minutos, copió la jugada con la que el Oviedo abrió el marcador ante el Real Zaragoza. Un centro por banda que se coló entre los centrales blanquillos para abrir el marcador y establecer el 0 a 1. Los puntos débiles del Real Zaragoza comienzan a ser cada vez más conocidos por sus rivales y ante ello, los blanquillos de momento no están encontrando cómo reforzarse. Los de Víctor Sánchez del Amo jugaban con las líneas muy juntas, impidiendo el avance zaragocista. Una muestra más de cómo los rivales de los blanquillos han aprendido la lección.
Soluciones en el ataque del Real Zaragoza ante el Málaga
El Real Zaragoza comenzó a encontrar en Eguaras ese jugador combinativo que se echó de menos en Oviedo. Papu dio velocidad y algo de remate sin fortuna. Los balones por dentro, buscando las combinaciones entre el centro del campo, Papu y Suárez, eran la gran baza a favor del Zaragoza. Así, llegó el empate a uno, obra del pichichi Suárez al filo del descanso.
Ya en la segunda mitad, Víctor aguantó el rombo, pero pronto se dio cuenta de las debilidades defensivas por banda que estaba provocando este sistema. Una debilidades que también se notaban en la defensa del balón parado. Los recambios llegados desde el banquillos dieron frescura al equipo. Primero, Soro y después, Pombo.
Los dos canteranos aportaron velocidad en ataque, pero eso también hizo perder orden en el centro del campo. El Málaga lo aprovechó para encontrar cada vez más espacios hacia la portería de Cristian y hacer el 1 a 2 en el 88.
Álex Blanco dio buena cuenta de los pocos minutos que tuvo sobre el césped para aportar el ataque por banda que no estaban consiguiendo sus compañeros. Blanco dio a Guti el gol del empate a dos. Y aún pudo el Zaragoza hacer mucho más en unos minutos finales llenos de emoción y entrega. Una entrega que el Real Zaragoza debe volver a demostrar desde el minuto uno para impedir el avance rival ante un guión que, peligrosamente, comienza a repetirse en demasiadas ocasiones.