Las jornadas Derecho y Montaña que se celebran en Jaca han llegado a su conclusión. Todos los participantes en la mesa de debate sobre “la compatibilidad de usos deportivos” han afirmado que el medio natural existente es lo suficientemente amplio para que convivan las diversas actividades tradicionales con las actuales deportivas siempre que exista responsabilidad e información.
Alberto Ayora, presidente de la FEDME, ha presentado el escaparate de la abundante y variada señalización que existe hoy en día en el medio natural, “una señalética que dada su variedad e indefinición están contribuyendo a una desinformación e infoxicación de quienes acuden a la montaña”.
Por su parte, Luis Marquina, presidente de la Federación Aragonesa de Ciclismo, ha abundado en el diálogo para evitar conflictos puesto que éstos no llevan a ningún lado. “Nosotros hemos firmado por primera vez un convenio con la FEDME y estamos contentos con el resultado de todas las reuniones que hemos tenido”, ha declarado Marquina.
Asimismo, Manuel Gallardo, presidente de la Federación Española de Caza, ha defendido que “la caza es una modalidad deportiva que es compatible con otras actividades; hay que incidir mucho en el tema de la información pero los cazadores somos los primeros interesados en cuidar el medio natural”.
La voz de los habitantes de la montaña la ha defendido Esther Cereza, gerente de Casa Rural Quintana en Montanuy. Cereza, tras sumarse a la idea de la compatibilidad de usos, ha recordado que “el monte no es de todos ya que tiene propietarios y también hay una parte de montes comunales, con lo cual no se puede acceder libremente”.
Y ha añadido que “hay que cuidar y salvaguardar a la gente que vivimos en el territorio. De ahí que aboguemos por un uso compartido y corresponsable en el que el ganadero tradicional tiene que facilitar el acceso pero también el visitante ha de comprometerse a dejar el espacio como lo encuentra. Dejar una valla, verja o camino abierto puede producir un daño económico muy importante al ganadero y puede provocar algún accidente”.
Por último, Isabel Casasús, del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón, CITA, ha afirmado que los estudios realizados confirman la posibilidad de la compatibilidad de usos del territorio ya que “el espacio natural desarrolla una multifuncionalidad: ecológica, medioambiental, social y económico”. “Además, ha añadido, que el uso compartido tras un diálogo evita riesgos ya que encuentra las sinergias necesarias para todos”.
Emergencia climática y ambiental
Por su parte, Ángel Ruiz de Apodaca, Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Navarra, ha hecho hincapié en la importancia de la evolución del cambio climático y su repercusión en las actividades medioambientales. Ha afirmado que “el clima está cambiando y lo va a seguir haciendo aunque detengamos las emisiones; de ahí la importancia del Derecho Ambiental ya que es el único que defiende el medio ambiente y que nos está llevando a hablar Justicia Climática”. Además, ha señalado que “la disminución y desaparición de los glaciares son una prueba más que evidente de este inexorable cambio climático lo que nos debe llevar a tomar medidas necesarias y urgentes medioambientales”.
Por último recordó a los asistentes que, desde 2019, en España estamos en emergencia climática y ambiental. La mesa de debate que cerró las jornadas compuesta por Ruiz de Apodaca, Santiago Fábregas de la CTP e Íñigo Ayllón, director de la Oficina de Información en Montaña, ha puesto de manifiesto diversos casos y estudios que inciden y corroboran que el cambio climático ya ha llegado y está afectando seriamente al funcionamiento de refugios situados en la alta montaña por la deficiencia de agua, entre otras circunstancias. “El mundo ha cambiado, las condiciones de la montaña están cambiando y nosotros seguimos comportándonos igual sin ser conscientes de que el riesgo ha aumentado”, ha señalado Íñigo Ayllón.