El futbolista maño debutará como azulgrana en Primera División tras no conseguirlo hace dos temporadas como integrante del Leganés.
Tan solo cuatro días después de su cumpleaños, el Huesca le ha regalado a Jorge Miramón una de las oportunidades de su vida. Y es que para Miramón la vida es un regalo; así lo ha declarado en varias ocasiones. En verano 2001, cuando estaba de vacaciones, el ahora lateral azulgrana tuvo un accidente en el cañón de Añisclo mientras iba en bicicleta que le situó al borde de la muerte.
Afortunadamente y gracias a la rápida actuación de una viandante de profesión médica que pasaba por ahí en el momento indicado, Miramón pudo salvar su vida y que el accidente se quedara en lo menos posible. Incluso a pesar de su impagable ayuda, el golpe contra unas rocas fue tan fuerte que le fracturó parte del cráneo, teniendo que implantarle una placa metálica en el costado izquierdo de su cabeza. Estuvo sin jugar un año y hasta hace no mucho tiempo tenía miedo a rematar de cabeza.
Su trayectoria futbolística está sujeta a una evolución permanente, desde sus inicios en zonas próximas a la mediapunta hasta llegar a convertirse en uno de los mejores laterales derechos de la categoría. Natxo González confió en él cuando coincidieron en el Reus para ser el sustituto de Alberto Benito, que había sufrido una lesión (el otro lateral, Campins, también estaba lesionado), y eso desembocó en la formación de un lateral con proyección ofensiva y con el sacrificio de aquella persona que ha tenido que luchar como pocos para llegar a la élite.
De competir con Ander Herrera a ascender con el Leganés
Miramón, que empezó su vida con la pelota en el Stadium Casablanca, se incorporó a las categorías inferiores del Real Zaragoza en la temporada 2005/06, donde coincidió con Ander Herrera y con el que tuvo que rivalizar por un puesto en el once en más de una ocasión. Debido a su buen rendimiento fue convocado por las selecciones españolas sub-15 y sub-16 en las que coincidió con jugadores de la talla de Azpilicueta, Parejo o Bojan.
Después de su paso por el filial blanquillo, y por el del Atlético de Madrid, se fue dirección al Andorra turolense para terminar llegando al Lleida Esportiu en la campaña 2012/13. En el club ilerdense estuvo 3 temporadas, jugó 112 encuentros ligueros y anotó 9 goles en los grupos II y III de la Segunda División ‘B’. En la tercera y última temporada en la entidad catalana, Miramón y su equipo cayeron derrotados contra el Leganés en la penúltima ronda de ascenso a la categoría de plata, división que terminaron alcanzando los pepineros.
Gracias a esa temporada, y a esos dos partidos contra el Leganés, Miramón convenció a Asier Garitano quien le fichó para el equipo madrileño, donde participó en 22 encuentros consiguiendo el ascenso histórico a Primera División. Y aunque fue entrando y saliendo de los planes del técnico durante toda la campaña, disputó los tres últimos partidos, e incluso logró un gol en la penúltima jornada ante el Llagostera que sirvió para darle tranquilidad a la hinchada pepinera en su camino al ascenso.
Reus, la confirmación total
Desde el principio Miramón se dejó notar en el Reus. Rápidamente Natxo González le dio la confianza necesaria para que un jugador se sienta cómodo sobre el verde. En su primera campaña en el club tarraconense jugó 41 partidos aunque no anotó ningún gol. Además, la casualidad y el destino situó al Huesca en el camino de Jorge Miramón, ya que fue precisamente ante los altoaragoneses cuando el ahora entrenador del Zaragoza colocó al aragonés en el carril del ‘2’.
Aunque el Reus perdió 0-1 gracias al postrero gol de Samu Sáiz, su entrenador le destacó en la rueda de prensa posterior, calificando su actuación de “fantástica” al haber sido, para el técnico, “el mejor jugador del partido”.
Este pasado curso, el flamante fichaje azulgrana ha sido decisivo en el esquema de López Garai. Ha completado 34 encuentros y 3.042 minutos (su récord en Segunda) en los que ha anotado 2 goles.