El CD Teruel ha vivido un verano especialmente movido en sus oficinas. La alegría causada por haber logrado el ansiado ascenso a Segunda División B pronto dio paso al trabajo frenético para conseguir hacer del club un equipo asentado en la categoría de bronce. Sin embargo, para esta complicada tarea los responsables del conjunto rojillo han contado para esta temporada con un apoyo especial, el de sus ‘vecinos’ aragoneses de la SD Huesca.
A mediados de junio saltaba una noticia que sorprendía a muchos miembros de la familia del fútbol aragonés: Huesca y Teruel firmaban un acuerdo de filialidad por tres años. Este convenio fue obviamente recibido de buen agrado en el seno del deporte aragonés, pues la colaboración se erige como una buena forma de salvar las dificultades económicas que muchos equipos de la comunidad sufren a día de hoy para competir al máximo nivel. Sin embargo, algo más de tres meses después de que este acuerdo se convirtiera en una realidad, sus implicaciones, términos y consecuencias siguen siendo una incógnita para buena parte de los aficionados de ambos clubes.
“A raíz del ascenso surge la posibilidad de firmar este convenio. Entre los dos clubes había buena sintonía y teníamos ganas de hacer cosas juntos”
Para comprender pues este fenómeno, debemos remontarnos primero a su origen. Este proyecto colaborativo nació estrechamente ligado al crecimiento reciente de ambos clubes y sus respectivos ascensos a Primera División y Segunda División B. “A raíz del ascenso surge la posibilidad de firmar este convenio. Entre los dos clubes había buena sintonía y teníamos ganas de hacer cosas juntos”, comenta el director deportivo del CD Teruel, Nacho Romero. Fue a partir de mediados de verano, cuando en reuniones sucesivas entre ambos clubes en Zaragoza el acuerdo fue tomando forma.
Ambos equipos mostraron, según afirman sus representantes, buena sintonía desde el comienzo de estas negociaciones, algo fundamentalmente dado por los intereses y beneficios que suponían para los dos bandos el convertir en una realidad este acuerdo. Por su parte, la SD Huesca tras el ascenso a la máxima categoría nacional, requería de una plataforma vinculada al club donde se formaran jóvenes futbolistas en un nivel más cercano a la Primera División. Para ello, el CD Teruel, recién ascendido a Segunda B, se antojaba una mejor opción que la Tercera División en la que juega actualmente la AD Almudévar, que permanece como primer y principal filial de los oscenses independientemente del acuerdo. Por parte del Teruel, Huesca se planteaba como un apoyo económico extra con el que formar un equipo más competitivo para la división de bronce.
En este sentido, Sergio Gracia, consejero de la SD Huesca y una de las partes importantes del desarrollo de este convenio, asegura que los intereses de su club no solo se centran en su propio beneficio. “Queremos que el Teruel poco a poco estos años vaya cogiendo una base y modernizando la estructura para intentar que, siguiendo el camino que ha recorrido el Huesca, vaya reforzando el club”, comenta, haciendo especial hincapié en la necesidad de “saber de dónde vienes, pero sin poner límites a nada”.
Con estos objetivos, el acuerdo final resultante supuso el reconocimiento del CD Teruel como un filial del Huesca, pero no de manera directa. Estas condiciones, se hicieron para no entorpecer el trabajo de fútbol base del equipo turolense, pues de haberse convertido en un filial al uso de los oscenses tendría que haber renunciado a sus categorías inferiores y también a participar en la Copa del Rey. “El Huesca nos hace una aportación económica, pero no en dinero como tal, sino en jugadores de los que ellos se encargan directamente con todos los gastos que conllevan”, comenta Romero.
De esta manera, además de los jugadores cedidos por el propio equipo del norte de Aragón, el Teruel ficha con plena libertad a los jugadores jóvenes que mejor se adaptan a su plantilla, los cuales técnicamente se encuentran bajo su propiedad pese a que el Huesca se haga cargo de los gastos económicos. En contrapartida, los oscenses realizan un seguimiento de estos jugadores y si el día de mañana quieren incorporarlos a su equipo cuentan con un derecho preferencial para ficharlos. Sin embargo, esa transferencia sería en forma de un traspaso definitivo y no podrían utilizarlos de manera ocasional para alguna jornada concreta y después mandar al jugador en cuestión de vuelta a Teruel, como sucede en los filiales al uso.
Finalmente, los jugadores llegados a las filas del CD Teruel bajo los términos de este acuerdo han sido un total de diez, pues por otra parte los responsables del club también han querido dar continuidad al bloque de jugadores que logró ascender el año pasado. De esta manera, los futbolistas que actualmente visten la equipación rojilla bajo un atento seguimiento de la SD Huesca son: Antonio Valera, Aitor Aspas, Mikel Juaristi, Federico Bikoro, Gabi, Juan Mera, Becerra, Sergio Sánchez, Cristian Dieste y Alberto Leira.
Para fichar a estos jugadores, desde Teruel no solo reciben el apoyo económico del Huesca, sino también apoyo logístico a través de dos figuras importantes en el acuerdo. La primera de ellas es la de Rubén Gracia, ‘Cani’, quien se ha encargado de coordinar y consensuar las nuevas llegadas entre ambos clubes junto con Nacho Romero, además de hacer un seguimiento de estos jugadores durante todas las jornadas. El segundo de los apoyos llega a través del propio Sergio Gracia, quien se encarga del aspecto institucional del acuerdo a la hora de formalizar contratos y acuerdos. Ambos actúan como emisarios del club oscense, Cani en lo deportivo y Gracia en lo institucional, para mantener el contacto en el día a día entre ambos clubes.
La distancia entre ambas ciudades podría presentarse como un problema para el día a día de este acuerdo de colaboración. Sin embargo, ambas partes insisten en que la voluntad de trabajo y colaboración se impone a los kilómetros que separan a ambos clubes. “Lo que nos hemos encontrado en el CD Teruel ha sido gente que trabaja, humilde, que da todo lo que tiene… Yo no veo ningún tipo de problema en la distancia”, comenta Sergio Gracia, quien también asegura que lo visto hasta ahora de los representantes turolenses le recuerda a “la gente de la SD Huesca cuando empezó” el proyecto que finalmente les aupó a Primera.
“Lo que nos hemos encontrado en el CD Teruel ha sido gente que trabaja, humilde, que da todo lo que tiene… Yo no veo ningún tipo de problema en la distancia”
En lo que respecta a los turolenses, el acuerdo ha provocado en gran medida la baja media de edad, entorno a los 23 años, de su plantilla para una liga exigente como la Segunda División B. Al respecto de esta juventud de sus jugadores, Nacho Romero se muestra confiado en el lado positivo de este aspecto y asegura que se trata de una tendencia que ya venía siendo habitual desde que él y Dani Aso llegaron al club como director deportivo y entrenador, respectivamente. “Decidimos fichar jugadores jóvenes ya el año pasado. El equipo del año pasado ya era joven. Gente que no hubiera tocado techo en la tercera división y que tuviera muchas ganas de ser alguien en el fútbol aragonés. Ahora es lo mismo pero con jugadores a nivel nacional”, comenta Romero.