ZARAGOZA | Perder por 15 puntos y acabar cayendo por 1 es una forma de terminar un duelo que siempre es dolorosa. No obtener el premio del triunfo tras un esfuerzo innegociable siempre deja un sabor amargo. No obstante, la realidad es que el Casademont, pese al cansancio físico y mental del duelo europeo ante Bourges, mostró una cara totalmente opuesta en la cita ante Jairis (77-76), otros ánimos y otras sensaciones. El equipo rojillo nunca bajó los brazos y llegó a remontar, en el último cuarto, los hasta 15 puntos de diferencia que le fueron endosados al comienzo de la segunda parte. Para mayor inri, el equipo de Cantero aterrizó en este partido con bajas y dudas en la posición de pívot, pues, sumada a la consabida baja de Gatling, se unían los problemas arrastrados por Hermosa en su rodilla y Evans, que pasó los dos días anteriores al encuentro con fiebre.
A diferencia del partido ante el conjunto francés, duelo en el que el equipo zaragozano no vio aro, en este, el guion fue muy distinto. El conjunto dirigido por Cantero mostró unos mejores guarismos en el tiro, anotando 23/41 de dos (56.1%) y 7/18 en triples (38.9%) que contrastan, y mucho, con los 17/45 (37.8%) y especialmente 2/19 (10.5%) desde detrás del 6.75 que se facturaron el pasado miércoles. La diferencia en esta cita radicó en el acierto local, que al termino de los primeros 20 minutos ostentaba un inapelable 10/14 tiros de tres convertidos, con Frida Eldebrink en estado de gracia con 12 puntos. Poco se puede hacer ante eso, más allá de tener la muñeca más afinada que el rival y rezar porque bajen sus prestaciones.
Así es complejo alzarse con el triunfo, pues el Casademont tuvo que ir a remolque, a contracorriente, toda la segunda mitad tras el 46-34 con el que se acabaron los primeros 20 minutos, buscando pequeños parciales que le hicieran recortar distancia poco a poco, con el tiempo, que siempre corre doble de rápido cuando pierdes, como su mayor enemigo. Eso sí, las de Cantero no dudaron en ningún momento en ponerse la bandana, remangarse y pintarse la cara como un soldado para ir a la guerra, porque en el tercer cuarto cambiaron las cosas.

El intento de remontada del Casademont al Jairis
Si al Jairis le salía todo en la primera parte, en el reinicio del duelo le costó más. Ya fuera por la férrea y mejorada defensa del Casademont, o porque las rachas terminan para bien o para mal, pero el caudal ofensivo local se redujo en gran medida y los 25 y 21 puntos endosados prácticamente vía triples en los dos primeros parciales, ya no pasaban como agua. De hecho, las locales acertaron 3/10 en tiros de dos, 1/6 en triples y 4/7 en tiros libres (13 puntos en 10 minutos), dejando claro que el Casademont, como mínimo, le había cerrado al Jairis la tajadera de riego.
Además, las rojillas encontraron a Stephanie Mawuli, que en un arreón anotó 7 puntos consecutivos y acortó distancias propiciando un parcial de 0-12. Cifras que reflejaban que la remontada podía surgir, dejando el luminoso en un abierto 59-53 al final del tercer cuarto. El resto es historia, porque los detalles acabaron propiciando que todos los esfuerzos del Casademont acabaran siendo en vano ante el Jairis, al menos a nivel estadístico y de puntaje en la tabla. Como se suele decir, “remar para ahogarse en la orilla”. Al menos, el ‘average’ se queda para el lado rojillo, ya que en la ida se ganó por 2 puntos gracias a una canasta de última hora de Atkinson.
No obstante y pese a la derrota, las sensaciones fueron totalmente opuestas al de la ida ante Bourges, con una versión más competitiva de las rojillas, haciendo honor a la ‘rasmia’ y con un equipo que en ningún momento se dio por vencido. A veces con más corazón que cabeza, pero, una vez más, el equipo volvió a transmitir la sensación de que hay que ‘matarlo muchas veces’ para acabar con él.
La energía que transmitió al equipo fue tan positiva como obligatoria de cara al siguiente reto que enfrenta el Casademont Zaragoza: la titánica misión europea de remontar 20 puntos en la pista del Bourges, actual líder de la LFB (Liga francesa). Será el todo por el todo, pero el conjunto dirigido por Cantero dejó un aviso para navegantes claro: pelearán hasta el último suspiro con todas sus armas.