Un triunfo azulgrana marcado por los protagonistas que hicieron acto de presencia y por la capacidad de sobreponerse al peor enemigo posible: el miedo.
El Huesca volvió a ganar porque regresó aquello con lo que Anquela y el equipo, por suerte, lograron parecer imparables: se han reencontrado con quienes tomaron el ‘playoff’. Porque Borja Lázaro fue el perfecto apoyo en la contra que dio el triunfo y porque Aguilera era capaz de sorprender hasta con el balón varios segundos pegado en sus pies. Y llegando como nunca: el ‘5’ remató cuatro saques de esquina y hasta disparó desde dentro del área rival. Un rendimiento sencillamente increíble.
Encajaban todas y cada una de las piezas, destacando el renovadísimo flanco izquierdo, por el cual llegó la ventaja. Tras ello, el balón iba a ser muy protagonista porque al Lugo le gusta y el Huesca nunca lo descarta. Los de Luis César, tan pronto en desventaja, debían tenerlo y jugar y ahí los azulgrana se lo permitieron demasiado. Por suerte, Fede Vico, Iriome y Campillo no son Ferreiro, Samu y Vadillo y, esto, termina marcando las diferencias.
El Huesca situó su bloque en la zona medio-baja del verde y ahí, ante Seoane en salida, manejando de cara, y con Sergio Gil recibiendo con el tiempo suficiente para jugar, el Lugo podía construir y avanzar, aunque sin precisión, criterio ni extrema calidad. Los de Anquela tenían el patido más que controlado; además de no sufrir, no les inquietaban. La presión azulgrana era más que buena, pero al estar situados demasiado atrás, tanto Melero como Aguilera debían recorrer metros en exceso. Todo ello, a la larga, podía ser peligroso.
Sin embargo, el Huesca podía golear en cualquier transición o jugada combinativa que crease desde la posición, como en el primer gol. Porque demostró ser mejor equipo y poseer mejores individualidades. La anterior (el posicionamiento general del equipo local) sería una de las claves que hiciesen peligrar el marcador (corto al descanso) en una segunda parte en la que, tras no haber sentenciado, el paso de los minutos, un rival sin nada que perder y un equipo, el propio, con mucho ganado, dictarían el rumbo, como ocurrió.
El manejo de balón lucense fue creciendo, en ritmo, tiempo y velocidad, y Anquela refrescó a los suyos: cambios de hombre por hombre manteniendo el equilibrio en la medular y potenciando el trabajo justo por delante. Aun siendo inquietados, lograron dominar la situación. Esta vez, el miedo no encontró resquicio por el que aparecer. Parece que el equipo ya se ha hecho a las alturas.
Con Alexander en derecha, David López en el enganche y Vinícius en punta terminó un Huesca que supo sujetar un resultado que evidencia la necesidad de todos y cada uno de los que partieron de inicio, y esa es la mejor de todas las victorias posibles.
Gran análisis una vez más Edgar. El Lugo es un equipo construido sobre la base de una delantero referencia y goleador como joselu. Les faltó en este partido y el equipo no supo a qué jugar. El Huesca recuperó su “casi” mejor versión y como bien dices, los Vadillo, Samu y Ferreiro son una mediapunta de una gran calidad.
Me quedé con las ganas de ver a un Huesca más valiente en la segunda mitad, pero tb entendí la situación y que mentalmente todavía está muy reciente el partido ante el Cádiz.
Bueno, por lo pronto, hoy ya hay algo definitivo. Por primera vez en la historia, LA S.D. HUESCA ES EL PRIMER EQUIPO DE ARAGÓN