Maderas, pérdidas, detalles. Que la Copa del Rey es diferente a la Asobal está claro. Como ejemplo estos cuartos de final donde Bada Huesca acaba de perder contra León víctima de no ser quien es. El WiZink Center impresiona. El escenario, la presentación de los jugadores. Cosas que hacen diferentes las competiciones donde se entiende aquello del peso de jugar partidos importantes. Y la impresión es que el Bada ha sido superado por la situación y eso alfombró antes de empezar el camino de León.
El rival llegó después de su periplo europeo y con algunos de sus jugadores importantes descansando antes de encarar la Copa del Rey. Saben que es la vía más directa para regresar a Europa y León no puede estar sin jugar por el Viejo Continente. Ha caído el Bada y el análisis de lo sucedido hay que evitar hacerlo en caliente. No se puede quitar un solo mérito al siete de Nolasco. Su campaña es brutal. Y esta derrota tan solo tiene que servir para aprender. La Copa es Historia, la Asobal está por escribir.
León, siempre ha ido por delante del Bada Huesca en el electrónico. Ninguno de los dos equipos ha sacado armas distintas a las conocidas. El mismo arquetipo de juego del que se vio en febrero en el Palacio de los Deportes y que acabó con victoria de los altoaragoneses (27-24). Entonces se ganó bien y a un buen equipo. Y no fue casualidad. Y si hoy se ha perdido ha sido por esos detalles que han terminado con Bada diluyéndose cono un azucarillo.
Los dos equipos han presentado defensas duras, pero un poquito más la de León. Y eso le ha permitido robar bolas, correr. Y cuando León corre tienes un problema. Bada no ha podido conectar su juego con el pivote como le gusta y eso ha supuesto que su caudal ofensivo menguara. Si el portero rival también tiene su mediodía -Sladic ha sido elegido mejor jugador del encuentro- pues las diferencias se agrandan.
Con 10-8, los de Manolo Cadenas empezaron a marcar una diferencia que llegó a 18-12. Y allí, una jugada para encapsular parte de lo ocurrido en el primer acto. Bada es castigado con un 7 metros, la bola de Pérez Arce la rechaza el palo y el extremo gana la partida a la defensa altoaragonesa para llevar la redonda a la red.
Aún y todo, y después de un tiempo muerto de Manolo Cadenas que, tal como intuyó su amigo Nolasco escondió sus cartas con el cansancio europeo, el Bada logró cerrar la primera parte con 19-15. La esperanza de la remontada la cortó León de cuajo en la reanudación. En el 35, el marcador reflejaba la diferencia: 24-16. Bada estaba roto, desorientado y el castigo era tremendo. Se deshizo como no se le ha visto en la Asobal.
En el 39 Semedo vio la roja, pero es que daba igual. Sladic seguía dando una lección bajo la portería y cuando no la madera aparecía para repeler los lanzamientos de un Bada Huesca al que el partido le pesaba como una losa. Paró el reloj Nolasco a 15 del final para decirle a los suyos que se olvidaran del marcador, de todo lo que era el partido y jugaran como ellos saben. Acordó distancias. Bajó la diferencia a 8 con su defensa 5:1 y 3:3 (31-23) y Manolo Cadenas pidió tiempo muerto para evitar sustos. León sabe jugar partidos así por lo que no peligró su victoria.