Derrota sin paliativos del Magia Huesca en la pista del Coruña por 29 puntos de diferencia en un partido en el que los de Jiménez tan solo mantuvieron el pulso durante el primer cuarto. Un parcial de 15-0 al comienzo del segundo en una nueva desconexión esta temporada de los peñistas les dejó sin fe y sufrieron una larga agonía hasta que terminó el choque.
El Magia Huesca empezó el partido dubitativo, con fallos de Gantt y Simovic en el lanzamiento. Tampoco ayudó que los locales anotaran dos triples consecutivos, obra de Lucas Blasco y Creus, para poner el 6-0 de inicio. Pero el conjunto peñista mantuvo el tipo y pese a que un nuevo triple de Creus puso siete arriba a los gallegos (11-4), los de Jiménez reaccionaron gracias a la muñeca de Gantt. Se llegó al final del cuarto con empate a 18.
En el segundo llegó la hecatombe. El parcial de 30-13 habla por sí solo. De hecho, se pasó del 24-23 al 39-23 en poco más de cuatro minutos. Es decir, los hombres de Sergio Jiménez tuvieron una pájara tremebunda en la que encajaron un parcial de 15-0 con el que se despidieron de todas las opciones de sacar algo positivo de la pista coruñena. Mikulic, Monaghan y Peña veían el aro como una piscina y salían de forma muy sencilla al contraataque tras rebote defensivo superando en todo momento al balance defensivo del Magia Huesca. En ataque, Gintvainis, Gunjina y Motos acumularon imprecisiones y tiros poco claros, una tónica en la que se fue introduciendo todo el equipo. El 48-31 al descanso no dejaba dudas acerca de lo que había sucedido sobre el parqué.
Tras la reanudación, Creus seguía anotando desde el perímetro y Simovic demostró que pese al nefasto partido del equipo, mantenía su orgullo con buenas acciones individuales. Pero todo era en vano. Olmos y Peña se contagiaron del ambiente festivo del pabellón gallego y hacían sangre en la herida peñista. 72-48 era el resultado a falta de todavía diez minutos por jugarse.
Un parcial de salida de 8-0 en el último cuarto puso la máxima ventaja para el equipo gallego: 32 puntos de diferencia (80-48). Sonrojante y humillante. Al menos del último cuarto se puede destacar el ímpetu del joven Marcos Portález en cada una de sus acciones y el hecho de que los locales no llegaron a los tres dígitos en anotación (95-66).
Ahora sí, sin margen de error tras acumular 6 derrotas consecutivas, el Magia Huesca vuelve a jugar ante el calor de su público el próximo domingo a partir de las 19.00 ante el Palencia. En la ida, ganaron los castellanoleoneses por 77-69. Aunque para el recuerdo también está el enorme partido de la temporada pasada en el que los hombres de Quim Costa vencieron por 89-63 a el mejor equipo de la pasada edición de la LEB Oro.