A nadie se le escapa que el error de Cristian Álvarez fue clave para desequilibrar un encuentro condenado al empate a nada. El guardameta rosarino, recuperado ya de su lesión, volvía a defender la portería del Real Zaragoza en un encuentro decisivo. Esos en los que la figura de Cristian se engrandece. Sin embargo, el veterano portero acabó señalado como el gran artífice de la victoria alfarera en La Romareda recordándonos a todos su condición humana. Esa que en ocasiones parecía de otro planeta.
El paso de JIM por el banquillo zaragocista está siendo fructífero, principalmente, en la parcela defensiva. El número de goles encajados dan buena muestra de ello (6 en 9 partidos), además de asentar una línea defensiva sólida y contundente cada partido. En este sentido, el buen rendimiento de los centrales Jair y Francés ha reducido las acometidas peligrosas de los rivales facilitando el trabajo tanto de Cristian Álvarez, como de Álvaro Ratón. Salvo el partido frente a la Ponferradina, en el que Cristian realizó cuatro paradas de mérito, con JIM en el banquillo el meta argentino ha vivido la fase de la temporada más tranquila.
No obstante, al de Rosario le está tocando vivir, en general, una campaña de mucha actividad bajo palos. El guardameta del Real Zaragoza es el quinto de la categoría en número de paradas con 59 (2,7 por partido). Una estadística nada desdeñable que habla por sí sola de la presencia de Cristian Álvarez en los partidos.
El balón parado y el Real Zaragoza forman la mejor trama de suspense de esta temporada. Nadie sabe lo que puede pasar cuando el rival lanza un córner cerrado al primer palo al conjunto maño. Muchos goles han llegado de la misma forma y nadie ha parecido dar con la tecla para cortar la sangría. Cristian Álvarez está mostrando serios problemas en esta faceta del juego a lo largo del caso. El Alcorcón llegó estudiado al Municipal y sacó petróleo de una situación en la que el Zaragoza solo acumula desgracias.
No hay más ciego que el que no quiere ver. Por eso es preciso señalar que, a pesar mantener unos números más que dignos, como él mismo admitió en rueda de prensa, no está completando su mejor temporada. Y es normal que pase esto porque el nivel que acostumbraba el argentino era de otra categoría, de otra liga. Nadie puede meterse en la cabeza de Cristian ahora mismo, pero seguramente sea el primero en admitir su culpa y reflexionar sobre ello para mejorar. La mentalidad introspectiva y fría del argentino le ha servido siempre de ayuda en momentos complicados a lo largo de los últimos años.
Desde que Lalo Arantegui lo bajase de las montañas argentinas y le devolviese un papel protagonista en el fútbol profesional, el rosarino ha ejercido de santo y seña de una equipo defenestrado en muchas ocasiones. Nadie podía imaginar el excelente rendimiento deportivo y personal que ha aportado Cristian al Real Zaragoza durante cuatro temporadas. Ahora, en el ocaso de su carrera y con el peso de sostener a un equipo endeble la mayor parte de la temporada, está mostrando esas debilidades que antes la heroicidad de sus acciones tapaban.
A Cristian Álvarez se le puede criticar como a cualquier otro por su condición de jugador de la primera plantilla del Real Zaragoza. El fallo contra el Alcorcón es grosero, y a lo largo de la temporada ha protagonizado algún error incomprensible para un portero de su talla. Pero a pesar de todo, Cristian Álvarez se ha ganado el derecho a ser respetado por todo lo que ha significado estos últimos años. Sus alas llegaron a volar cotas altísimas e inesperadas para sacar al Real Zaragoza de sus peores momentos. Los milagros con él bajo los palos parecen existir y sus paradas inverosímiles arrancan elogios de propios y extraños. De la nada, se convirtió en el ídolo de una afición huérfana de referentes desde hacía años.
Queda mucha temporada y la figura de Cristian Álvarez está destinada a salvar, una vez más, al Real Zaragoza.