ZARAGOZA| El Real Zaragoza perdió muchas cosas en La Rosaleda. También lo hizo Fran Escribá, que ha quedado en la posición más débil desde su llegada. En su equipo hubo un punto de desidia ante el resultado, la impresión que deja el que acepta su derrota antes de tiempo. Rubén Castro mostró que sus goles no tienen fin, especialmente lúcido ante el Zaragoza, dueño ya de un récord histórico en el fútbol español, autor de 13 goles ante los blanquillos.
No hay que irse al desenlace para dar con el germen de la derrota. La primera diferencia se vio en el vestuario, en las imágenes que ofrece la retransmisión televisiva. El vestuario del Málaga era pura emoción y nervios. El del Zaragoza transmitía menos tensión, casi indiferencia. El técnico reflejó en sala de prensa esa impresión. Se responsabilizó a sí mismo primero y señaló a los jugadores más tarde, en la peor de sus contradicciones.
Escribá criticó la falta de intensidad competitiva de sus futbolistas y les recordó que era un partido más para chocar que para jugar. La mención a Cristian Álvarez en el centro de ese mensaje tampoco fue afortunada. Es bastante probable que Escribá quisiera decir que “no recordar ninguna parada de Cristian” significaba que el Málaga había acertado en todas sus ocasiones, que no le habían dejado ninguna opción. Su mensaje era casi una disculpa para su guardameta, pero no sonó como tal.
El partido ante el Málaga le ha descubierto algo a Fran Escribá: los malentendidos no valen con Cristian Álvarez. El portero argentino ha conseguido traspasar una barrera simbólica. Vive en el lugar en el que duermen los ídolos. Es el héroe en la oscuridad, el salvador en los peores tiempos, el águila solitaria. Y se ha ganado una condición casi inaudita en el fútbol y este Zaragoza: permanece en el sitio de los intocables.
La respuesta de la afición ha sido unánime: Escribá ha perdido voz con su discurso y el efecto de su llegada se disuelve. Entre sus errores no solo están las dos goleadas que ha recibido su equipo o los fallos de su sistema. El descuido que más duele es haber nombrado a Cristian Álvarez para reflejar los defectos de otros. Sin haberlo buscado, Escribá tocó el sitio de las leyendas.
Se puede criticar a Cristian Álvarez, pero según el periodista como se le critica , no se hasta que punto le puede afectar a Cristian, que está curtido en mil batallas, pero yo creo que todo lo que ha dicho FRAN ESCRIBA, no se va atrever el domingo a sacar de titular al lepero REBOLLO, y dejar en el banquillo a CRISTIAN ALVAREZ, sino tiempo al tiempo porque entonces si que se podría levantar la afición de la vieja ROMAREDA .