Wanapix cayó en los últimos segundos ante Córdoba Patrimonio de la Humanidad, en un encuentro vibrante y de alto voltaje que se decidió en el último suspiro. Los aragoneses firmaron una primera parte sobresaliente, pero el empuje local en la segunda mitad y una discutida decisión arbitral acabaron por inclinar la balanza.
Una primera parte para soñar
El conjunto de Jorge Palos entró al partido con ambición. Tras un primer aviso de Alberto Inés, fue Ortego quien abrió el marcador con un potente disparo lateral (0-1). Córdoba respondió con intensidad y, tras varias llegadas peligrosas, Del Rey empató con una gran jugada colectiva (1-1).
Pero la figura de Óscar Villanueva emergió con fuerza para devolver la ventaja a Wanapix. Primero culminó una gran acción en equipo con sangre fría, y minutos después se inventó una jugada individual para colocar el 1-3. Una primera parte brillante, cerrada con solvencia defensiva ante el acoso local.
Remontada andaluza tras el descanso
La segunda mitad cambió el guion. Córdoba salió decidido a remontar y estrelló un balón en el palo nada más comenzar. El asedio era constante, e Iván se multiplicaba bajo palos, junto con Ortego, salvando balones sobre la línea. Sin embargo, las faltas acumuladas y la presión comenzaron a pesar.
Llegó entonces una jugada polémica que marcó el devenir del duelo: penalti y expulsión de Junachi por mano. Kaue no falló y puso el 2-3. La inercia favorecía a los locales, que empataron rápidamente por medio de Mykytiuk y, tras un contragolpe, le dieron la vuelta con el 4-3 de Juanan.
Reacción con portero-jugador… y otro mazazo final
Wanapix no se rindió. Con Raúl como portero-jugador, consiguió empatar de nuevo gracias al propio Raúl (4-4). Parecía que el empate estaba cerca de cerrarse, pero Córdoba apostó también por el juego de cinco y, a falta de segundos, Juanan apareció de nuevo para sentenciar con el 5-4.
Pese a intentarlo hasta el último instante, el equipo maño se quedó sin premio tras un esfuerzo enorme y vuelve a Zaragoza con la sensación de haber rozado, una vez más, un resultado positivo.