El Huesca se fue al Carlos Tartiere con el único objetivo de certificar las palabras de Xisco Muñoz. Y eso solo pasaba por ganar. Encadenar dos victorias era importante. Más que para encaramarse a la zona noble de la tabla para que sientan su aliento quienes están en el ‘play off’. El problema era que jugar contra los de Cuco Ziganda no era fácil. Más cuando también tenían marcado en rojo este partido porque persiguen el mismo objetivo. El navarro sabe de fútbol, el Huesca y llegó con sensibles cambios respecto a la victoria contra el Mirandés. Unos obligados y otros por lesión de última hora como el de Gerard Valentín, que con problemas físicos no superó la última prueba. Entraron Ratiu y e Ignasi Miquel ya que tampoco pudieron comparecer Pulido ni Florian.
Y como si fuera un castillo de naipes, el andamiaje del Huesca se cayó pronto, a los 4 minutos. Un centro desde el lateral izquierdo de Isaac al que no llegó Insua, Borja Bastón le ganó la posición a Cristian que disparó sin que atrapara Andrés, consiguió recoger el rechace y empujó el balón a la red. El Oviedo golpeó por los costados. Pudo anotar el segundo poco después, pero el cabezazo de Viti, solo, se fue lejos de los tres palos. La jugada similar. Un centro desde el lateral y un remate plácido.
El equipo asturiano esperó al Huesca en su campo. Con un 4-3-3 juntito le dio el balón y cuando lo cogió buscó desplegarse con velocidad por los extremos. Así las cosas, el único peligro de los de Xisco llegó en jugadas a balón parado. Es cierto que tenía más la posesión y que disparó mucho, pero todo eso daba igual. Las estadísticas solo sirven para refugiarse cuando pierdes. El Oviedo hizo de la complejidad sencillez. Menos dominio, plena efectividad.
Los de Xisco, dormidos
Para desmontar el ataque del Huesca, al Oviedo le bastó estar junto y presionar. En el ataque, detectada la fragilidad de las bandas, entró como cuchillo en mantequilla caliente. El segundo tanto lo firmó con un centro de Isaac y como nadie encimó a Obeng, el jugador remató de chilena al palo izquierdo de Andrés. Si Isaac había puesto dos centros precisos firmó el tercero del Oviedo por la escuadra derecha de Andrés. El pase le llegó desde lateral derecho. En este caso, vía Pierre. Y aún pudo llegar el cuarto sin tiempo de que la grada saboreara el tercero. El palo lo evitó.
El Huesca no comparecía. Si se presumía que iba a salir desde el minuto como un tigre, la realidad es que lo hizo como un gatito. Desesperante cuando tu objetivo, aún sin decirlo, es el que es. Y para ello es necesario posicionarse, pero si no entras a fondo desde el primer minuto todo es más difícil.
Pese a todo, el Huesca, gracias a un córner acortó la distancia con el gol de Poveda. Con el 3-1 desplegó mejor juego. Si Xisco ha remachado que su equipo tiene que ser valiente, tras el descanso se iba a ver si modificaba el sistema para meter más mordiente arriba. La derrota no servía de nada. Y no solo eso, cercenaba su discurso o, al menos, le echaba una palada de sal a la simiente de la esperanza de acercarse al ‘play off’.
Brillante segunda parte
La historia pudo cambiar en el inicio del segundo acto. Femenías frenó un lanzamiento duro de Timor y Seoane no acertó para finalizar el rechace. Una parada brutal y un fallo tremendo del catalizador del juego del Huesca, que nueve minutos se resarció con un lanzamiento que sorprendió a todos para poner el 3-2 El Huesca, ahora sí, entró enchufado. No le quedaba otra que meter ritmo, intensidad; la valentía que pide Xisco y que exige desde el primer minuto, no desde el 45.
El Huesca era otro y el Oviedo sintió que lo que creía que estaba cerrado era mentira. Mandaba en el marcador, pero no en el juego. Para buscar recuperar el centro del campo, el Oviedo metió a Jimmy por Obeng. Necesitaba meter el freno al rival, volver a cerrar los espacios, a tener el esférico y controlar los tiempos del partido, rascar de cada falta segundos preciosos. Xisco quitó a Salvador para reforzar el ataque con Gaich y buscar un empate que era más que bueno por lo visto y la calidad del rival.
En una contra armada por el Huesca tras un saque de esquina del Oviedo, Ignasi Miquel no pudo finalizar la jugada que hubiera sido el empate a 3. Lo consiguió entre un bosque de piernas en el área asturiana, tras el córner con el que había acabado la contra. Ver para creer, pero también justo. Si no había comparecido el Huesca en la primera parte, en la segunda sí. De hecho acampó en el área del Oviedo. El empate supo bien tras la debacle de los 30 primeros minutos, y no cabe duda de que refuerza el guión de Xisco.
Ficha técnica
Real Oviedo: Joan Femenías; Isaac (lucas 75’), Costas, Dani Calvo, Pierre Cornud; Viti (Pombo 83′), Luismi, Brugman (Javi Mier 75’), Borja Sánchez (Sangali 83′); Obeng (Jimmy 60’), Borja Bastón.
SD Huesca: Andrés Fernández; Marc Mateu, Ignasi Miquel, Insua, Cristian Salvador (Gaich 67’), Ratiu (Lago Junior 85′); Pablo Martínez, Seoane, Timor; Seoane, Poveda (Ferreiro 88′), Escriche.
Goles: 1-0 min.3 Borja Bastón. 2-0 min. 16 Obeng. 3-0 min. 21 Isaac. 3-1 min.35 Poveda. 3-2 min. 56 Seoane. 3-3 min 72 Ignasi Miquel
Árbitro: Iosu Galech. Amarillas a Borja Bastón 14’, roja a Ziganda 55’, Seoane 63’, Pablo Martínez 68’, roja a Calle 69’ segundo entrenador del Huesca, Ratiu 81′, Ignasi Miquel 89′.
Incidencias: Juan Carlos Unzue hizo el saque de honor y recibió una camiseta del Oviedo con el dorsal 25.