En una liga tan larga y en un deporte donde el hoy es lo que importa atemperar los nervios es una cuestión delicada. El Huesca de Míchel se fue a Extremadura con el objetivo de cortar de raíz las dos derrotas consecutivas –Soria y Albacete- y poner otra vez la nave con el viento a favor. El discurso del preparador del Huesca se sostiene sobre los pilares de que su equipo tiene que ser protagonista, el gusto por adueñarse del balón desde su propia área –con lo que eso supone- y la fe ciega en sus jugadores.
El Extremadura también llegó con urgencias a la cita debido a sus malos resultados. Y hubo dos caras. Si el primer acto fue para el Huesca, el segundo tuvo en los de Almendralejo más mordiente acuciados con el marcador en contra y que agobió la meta de un Álvaro imperial. La parada en el 82 a Díaz, de videojuego. Escriche pudo sentenciar dos minutos después en una contra, pero el balón se fue a la grada y luego fue Casto el que puso los guantes.
Tres partidos en ocho días obligó a Míchel a administrar esfuerzos. En Almendralejo metió a Luisinho y Miguelón, sacó a Rico del once inicial y puso en la medular a Ferreiro y Juan Carlos. Además, insistió con Okazaki que estuvo desaparecido. Con dos equipos necesitados de una victoria, la propuesta arrancó vistosa, con ocasiones en ambas porterías. El guión del Huesca, sin llegar a la media hora de juego, recordaba el patrón de partidos anteriores: toque, ocasión y ausencia de gol. Y el rival, presionando desde la salida de balón de los de Míchel.
Así, hasta que la calidad desbordó en una jugada por la banda derecha del Huesca. Sergio Gómez le puso un balón de oro a Juan Carlos para poner la bola en la red tras pasar entre las manos de Casto. Álvaro evitó el empate en un disparo entre un bosque de piernas. Reflejos de un portero de selección.
El gol no descolocó al Extremadura que empezó a tener más el balón y crear ocasiones que probaron los guantes de Álvaro para evitar sustos. El Huesca necesitó recuperar a Juan Carlos, Mosquera y Eugeni para recuperar el aplomo sobre el césped.
Asedio del Extremadura
El segundo acto se abrió con el susto en las filas del Huesca en un choque entre Zarfino y Álvaro, que quedó por fortuna en nada. El Extremadura empezó a morder, a pisar el campo del Huesca. Encontró el desequilibrio por la zona de Luisinho y por allí fue a socavar a los de Míchel, que movió el banquillo.
Con su cara B, el Huesca bajó enteros. Es lo que ocurre cuando no tiene el balón. Se deshilacha y sufre. Cuando empezó a tocarla, gozó. Míchel puso sobre el campo a Rico y Escriche por Juan Carlos y Eugeni para meter músculo y técnica. A 10 minutos del final entró Seoane por Mosquera con lo que remodeló prácticamente todo el centro del campo del Huesca. El Huesca sufrió durante muchos minutos ante un Extremadura que empujó de lo lindo. Igual hubiera sido más justo el empate, pero ya sabe que en muchas ocasiones la justicia dista mucho del marcador final.
Ficha técnica
Extremadura UD: Casto; Caballo, Fran Cruz, Borja Granero, Bastos (Díez 77’); Nono (Óscar Pinchi 60’), Rocha, Zarfino, Pastrana (Cabrera 68’); Kike Márquez, De Groot.
SD Huesca: Álvaro Fernández; Luisinho, Pulido, Josué Sá, Miguelón; Mosquera (Seoane 79’); Ferreiro, Juan Carlos (Rico 58’), Eugeni (Escriche 58’), Sergio Gómez; Okazaki.
Goles: 0-1 min.21 Juan Carlos
Árbitro: Juan Luis Pulido. Amarilla Pulido 13’, Mosquera 27’, Luisinho 73’, Zarfino 78’, Josué Sá 84’.
Incidencias: estadio Francisco de la Hera. Minuto de silencio por el fallecimiento del hermano de un empleado del Extremaura. 6.271 aficionados en las gradas.