Sandro ha podido encontrar en el Huesca su particular Edén, su paraíso. Entró al campo y en la primera bola que tuvo la embocó. 19 segundos entre dar el primer paso sobre el prado del Alcoraz y celebrar el gol. El delantero canario levantó el espíritu de un Huesca que se vio contra el Valladolid con un 0-2 fugaz en el marcador y la casi seguridad de dar por perdido un partido contra un rival directo por la permanencia.
Huesca y Valladolid han firmado un encuentro de locura. Del bostezo a la máxima tensión. Y sin casi pausa. Es lo que tiene el fútbol. Quizá lo que lo hace tan grande. Tres goles en seis minutos. El Huesca – Valladolid respondió a la espiral tan diabólica en la que se encuentra el equipo de Míchel.
El primer acto se firmó con pleno de dominio del Huesca y falta de pegada ante un rival al que le costó poco para conseguir mucho. Un equipo oscense siempre con dominio y escasos de gol. La tesis. Un centro de Ferreiro desde la izquierda con escuadra y cartabón y Mir puso el balón en el cuerpo de Roberto. El resumen de lo de siempre; dominio, ocasión y la nada. Era el minuto 23.
Diez minutos después, la antítesis. Óscar Plano manda un centro de tiralíneas y Bruno conecta un cabezazo de gol. Bien dirigido, ajustado al palo donde Andrés Fernández no puede hacer nada.
Síntesis. El Huesca dominó hasta la extenuación en el primer acto. Buscó la portería con ahínco ante un rival con las cosas muy claras. Te doy el balón, juega lo que quieras que ya aprovecharé la que tenga.
Si el encuentro invitó al bostezo, el tanto de Bruno animó el fútbol de ambos. Mir pudo empatar en otro gran centro de Ferreiro que exigió al máximo a Roberto -un porterazo- para meter su manopla derecha. Que había partido estaba claro, que ambos onces iban a seguir con la misma propuesta también, aunque los castellanos decidieron estirarse un poquito más.
El Huesca seguía fiel al libreto de Míchel, pero le faltaba un punto de velocidad para que el rival no se encastille. Ahora mismo, le da tiempo a montar un andamiaje defensivo por donde no encuentran huecos los de Míchel.
Por si fuera poca desgracia, sin que el Valladolid planteara precisamente un fútbol de salón llegó el segundo tanto. Seoane atropella de forma cándida a Toni Vila y Waldo no falló desde los once metros con un disparo duro que intuyó Andrés.
El 0-2 parecía definitivo cuando en una jugada de salón nada más sacar del centro por el gol de Waldo pintó la esperanza. Mir terminó una combinación de video juego y después Sandro marcó el empate y abrió un encuentro distinto con un Huesca que propuso un mejor fútbol ante un Valladolid que se defendió de forma ordenada. Mir tuvo el 3-2, pero apareció otra vez Roberto para evitarlo. El partido acabó con una ocasión de Marco André al que por fortuna para el interés del Huesca, mandó el balón por fuera del palo izquierdo de Andrés.
Ficha Técnica SD Huesca (2-2) Real Valladolid
SD Huesca: Andrés; Maffeo, Pulido, Siovas, Luisinho (Galán 77’); Seoane, Mosquera, Borja (Sergio Gómez 77’); Ferreiro Rafa Mir, Ontiveros (Sandro 55’).
Real Valladolid: Roberto; Luis Pérez, Bruno, El Yamiq, Nacho; Alcaraz (Kike Pérez 62’), San Emeterio (Joaquín 62’); Toni Villa (Weissman 74’), Óscar Plano, Waldo (Raúl Carnero; Sergi 80’), Guardiola (Marco André 74’).
Árbitro: Jorge Figueroa. Amarilla Bruno 11’, Maffeo 71’, Joaquín 88’.
Goles: 0-1 Bruno. min 35. 0-2 Waldo min. 51. 1-2 min. 52 Rafa Mir. 2-2 Sandro 56’.