El Huesca acaba de perder contra el Racing en El Sardinero. El equipo montañés, colista y descendido, acaba de meter en un lío al de Míchel que ya no depende de sí mismo para ascender. Cuando juegas mal lo lógico es que pierdas. Y eso es lo que le ha ocurrido al Huesca. Duele la derrota, más, por lo que hubiera supuesto. Más porque la ocasión que se le presentaba era de puro caviar. No solo porque jugaba contra un equipo descendido. Es que había perdido ya a buena parte de su armazón. Y será por el vértigo al premio o por lo que sea, pero el Huesca se atrancó contra el Racing. No encontró ni ritmo, ni huecos, ni verticalidad ni sentido a su juego. Chocó contra un muro. Estuvo espeso. Tiró la primera parte y con los cambios en el segundo acto tampoco encontró la llave para abrir la puerta del rival.
En partidos así, lo mejor es golpear primero. El Huesca cogió la pelota y sumó minutos de posesión. Tocó operación desgaste ante un Racing bien plantado con verticalidad en cuanto pilló el cuero. De hecho, la primera ocasión fue suya. Una buena contra con Martín Solar y Nando exigió a Álvaro. Cinco minutos de partido y los montañeses con ganas de ponerse por delante en el marcador. La segunda, también suya. Pulido cerró a Guillermo en el área pequeña y evitó una ocasión clara del Racing.
Atascado y sin fútbol
El Huesca vistió su juego de ataque por el centro y se encontró granito en un rival que no sufría. Y en una contra, el Racing embocó. Nando firmó una carrera de 60 metros sin que nadie le tosiera, Mosquera tocó su centro y Guillermo firmó el gol. Okazaki perdió dos minutos después una ocasión de oro. Datkovic peinó el balón y el nipón la envió por encima del larguero.
Con posesión y sin juego, el Huesca no dio muestra alguna de sentirse cómodo. Dejó la impresión de estar falto de ideas ante un Racing que lo tenía claro: pegajoso sin balón y listo para meter verticalidad con el esférico. Al Huesca le sobraba un regate, le faltaba un pase, buscar las bandas, quitarse el miedo al paso del reloj y fue absolutamente previsible sin buscar huecos ni abrir espacios arriba. El árbitro anuló el gol de Figueras a la salida de un córner por cargar de forma ilegal a Pulido. Hubiera sido un mazazo y fue otro aviso.
Lo mejor para el Huesca era cerrar el primer acto y cambiar las cosas en el segundo. Míchel puso a Mir y Eugeni por Rico y Sergio Gómez. El Huesca necesitó de un giro de 180 grados. Buscar más sentido a su juego, mover el balón con rapidez y evitar líos presionado por el paso de los minutos. Pero no. Siguió el fútbol con el mismo guión. Es cierto que presionó más ante un Racing encastillado, sin pasar por grandes agobios. De hecho, la ocasión más clara fue la del Racing, en el 82. Con Camus lanzando un zapatazo que desvió Álvaro con su guante izquierdo. Fue un acoso, pero más efectista que efectivo. Muy posiblemente en los datos ganó el equipo de Míchel, pero no donde importa, en el resultado final. El Racing gana y se convierte en la particular bestia negra del Huesca esta temporada ya que le ha sacado 4 de los 6 puntos en juego.
Ficha técnica
Racing de Santander: Iván Crespo; Carmona, Manu (Olaortua 32’), Figueras, Delgado; Hidalgo (Cejudo 67’), Nkaka, Solar (Camus 68’), Ortiz, Nando (Goñi 77’); Guillermo (Siverio 77’).
SD Huesca: Álvaro; Galán, Pulido, Datkovic, Miguelón; Sergio Gómez (Rafa Mir 46’), Mosquera (Nwakali 70’), Rico (Eugeni 46’), Ferreiro (Mboula 63’); Cristo (Juan Carlos 63’); Okazaki.
Goles: 1-0 min. 25 Guillermo.
Árbitro: Javier Iglesias Villanueva. Amarilla Mboula 65’, Moi Delgado 90′.
Incidencias: partido disputado en El Sardinero.