Filipe Mota y Joao Pinto son las principales novedades del Bada Huesca 2018/19. Y el central Eloy Félez buena parte de la argamasa del equipo. Se lesionó la pasada campaña cuando estaba en un momento dulce de juego, con galones, dominio y control para mandar en la coreografía del ataque de Nolasco. Lo mejor es que ha vuelto. Es consciente de que una lesión de cruzado marca. No lo esconde. “Estoy bien, con ganas e ilusión”, dice al término del primer día de la pretemporada con doble sesión y con el mercurio escalando por el termómetro sin dar tregua. Su primer deseo personal para la temporada está claro: que ninguna lesión llame a la puerta. El objetivo de equipo: mejorar el puesto de la anterior campaña.
El central del Bada no disimula que le gusta esta Asobal. Hay más competencia. Equipos muy reforzados donde destaca, de manera particular, el Granollers. Ha metido más nivel a una plantilla ya de por sí bastante cualificada. La zona noble estará cara y el resto muy apretado. “Eso es bueno para la afición y también para nosotros, porque eso significa que la Asobal va a más, que cada vez es mejor y eso es bueno”, defiende. Respecto a las incorporaciones, una le afecta de forma directa, la de Filipe Mota. Lo conoce ya de su pasado como jugador de Anaitasuna. Otro veterano y otro buen jugador. Y tampoco hay que desdeñar al canterano Miguel Malo, pleno de juventud, del que todos dicen que es muy inteligente y que seguro que tiene capacidad de sorpresa.
El central catalán subraya que mantener el bloque es positivo. Una temporada con (casi) la misma plantilla que la anterior y con jugadores que ya suman varias juntas facilita mucho el trabajo. Él, por su juego, feliz de seguir conectando con Carró. Le gusta ese juego con el pivote, aunque también con el resto de compañeros. Y de saque, hoy ha tenido oportunidad de construir las primeras jugadas, porque Nolasco ya les ha metido sesiones sobre la pista.
El día se abrió en el gimnasio y se cerró sobre el parquet de un Palacio de los Deportes que cada vez cogió más temperatura. En conjunto, 4 horas de entrenamiento. Por la mañana hubo hora y cuarto de pesas y el resto ya pista, pizarra, conceptos básicos, contacto con la pega y a jugar, que al final (y principio) es lo que les gusta a los deportistas. “Se mantiene una buena línea de trabajo. La verdad es que han llegado bien y conforme pasen los días, la carga física se notará y bajarán esa frescura. Ahora se trabaja en la táctica base donde poco a poco iremos introduciendo cosas”, desliza el preparador José Francisco Nolasco, que ha subido a los entrenamientos a los canteranos Broto y Miana.