¿Cómo definir a un jugador en apenas dos palabras? Complejo, ¿verdad? O quizá no, si el protagonista es ‘Cucho’ Hernández. Un joven de 18 años cedido por el Watford que está tirando abajo la puerta del fútbol español. Puro lujo.
Su llegada, en medio de la tristeza por la salida del ídolo local, Samu Sáiz, fue recibida con escepticismo. La afición reclamaba a un jugador contrastado, de esos que ilusionan con el nombre y que nunca llegó. Quizá porque no hizo falta. El Huesca ya tenía a su ‘golden boy’ en el joven colombiano llegado desde Inglaterra.
Ni los más optimistas hubieran firmado un arranque del conjunto de Rubi tan positivo. 14 puntos en 8 jornadas sitúan al equipo en los puestos de privilegio de la tabla. Y por supuesto nadie hubiera dicho que aquel joven de 18 años, que parecía llegar para tener un papel secundario, de revulsivo en las segundas partes, iba a ser uno de los goleadores del equipo, con permiso de un tal Melero (5 goles en Liga). El dorsal que luce a la espalda es todo un presagio. El ‘9’ no lo lleva cualquiera y el Huesca ha encontrado a un jugador todoterreno que igual actúa de mediapunta, en los extremos o se convierte en la referencia atacante del esquema de Rubi.
Lucha, entrega, presión, desborde, desmarque, calidad, velocidad, pase, visión de juego y, sobre todo, gol, mucho gol. Con el doblete de esta tarde ante el Almería, ‘Cucho’ firma 5 tantos en 8 partidos ligueros, convirtiéndose en un activo clave para los esquemas del técnico catalán.
Un técnico que parece haber dado con la tecla, dando consistencia y sentido al juego del equipo con una defensa acoplada y en sintonía, desde el guardameta hasta los laterales de largo recorrido, pasando por un trivote en el centro del campo de muchos quilates y una línea atacante con enormes variantes y calidad a raudales.
Esto es solo el principio, pero la temporada ha arrancado con un notable en el expediente de una plantilla que puede hacer, de nuevo, historia.