Cuenca ha cerrado de un portazo la esperanza del BM Huesca por estar la próxima campaña en la EHF. No dio opción. Además, Anaitasuna empató en la pista del descendido Zamora en un encuentro en el que casi siempre estuvo por debajo en el marcador.
Regresar a Europa era una esperanza. Ya se sabe aquello de que mientras uno tenga una oportunidad hay que conseguirlo con independencia de estadísticas o de lo que dicte la lógica. Es el manido mientras hay vida esperanza. Aquello de que “el agua moja, el cielo es azul” que dice el gran Bruce Willis en la película El último Boy Scout. Sí, para los puristas esa frase tiene continuación, pero no es políticamente correcta así que sigamos con el Bada Huesca. Su técnico, José Francisco Nolasco, quería aprovechar la carambola de ganar en Cuenca y que Anaita perdiera en la pista del descendido Zamora para abrochar una temporada excepcional, pero no se ha dado ninguno de esos parámetros.
Cuenca ya es de por sí una pista difícil. Uno de esos recintos donde el rival es un enemigo al que hay que combatir desde el primero hasta el último segundo. Una de esas canchas donde el balonmano se vive con pasión. Si así es cuando hay dos puntos en juego, cuando la victoria significa Europa la presión sobre el rival y sobre la pareja arbitral se multiplica. Esta tarde, 2.000 gargantas respaldando a su equipo durante los 60 minutos. Así las cosas, Cuenca pisó el acelerador a fondo para abrir la puerta a Europa. Y es que el conjunto manchego lleva dos temporadas firmando un balonmano de quilates que al final ha tenido su premio. Ha jugado en ocasiones con la plantilla más que ajustada por lesiones y nunca ha vuelto la cara. Todo lo contrario. En más de una ocasión ha sido un equipo similar al granito y eso le ha hecho coger, al fin, billete para la EHF con lo que su parroquia está de enhorabuena.
Cuenca abrió el marcador tras un fallo en ataque del Bada y ya no paró de mandar en el electrónico. Poco a poco fue abriendo brecha hasta superar al Bada Huesca en un partido que fue la despedida de Teixeira, Dijà, Lucas Abadía y Ciric del primer equipo aragonés de balonmano. El Bada Huesca se deshizo por la defensa, que durante muchos partidos ha sido el escudo que le ha permitido sumar puntos. Un dato, Jorge García acabó, según las estadísticas de la Asobal, con un 11% de paradas. Y sin muro defensivo fue muy difícil frenar a un rival que vivió el broche a esta temporada en la Asobal cosido a un hecho histórico como es estar la próxima temporada en la EHF.
Hubo momentos para la esperanza debido a que Zamora llegó a mandar contra Anaitasuna, pero no solo quedó en un espejismo, es que Cuenca apretaba más que el siete altoaragonés para evitar cualquier tipo de disgusto, de que el rival le viera dudar. Así que volvió a poner una diferencia insalvable en el marcador.
Ficha técnica
Cuenca: Maciel (p), Vainstein (4), Nolasco (2), Mendoza, Thiago Alves (3), Ferreira (10) y Perovic (1). Siete inicial. Garajonay Santana (ps), Canyigueral (1), Martín Doldán (3), Óscar Río (5), Hugo López (1), Rafa López, Sergio López (2) y Galán.
Bada Huesca: Jorge García (p), Carmona (2), Marcelo (6), Carró (1), Dijà (1), Teixeira (7) y Adrià Pérez (3). Siete incial. Arguillas (ps, 1), Val (2), Camas (1), Oier, Ciric, Malo, Miana y Zungri.
Parciales cada cinco minutos: 3-2, 7-3, 10-4, 13-8, 14-9, 16-11 (descanso) 20-15, 23-16, 25-18, 28-20, 30-22 y 32-24.
Árbitros: Fernández e Iniesta. Excluidos Vainstein y Mendoza por el Cuenca; Carmona y Zungri por el Bada Huesca.