Cuenca acaba de derrotar al Bada Huesca. Una victoria que le da billete a Europa y deja a los altoaragoneses anclados en la octava posición de la Asobal. Se acaba la liga y lo hace con un gran partido donde los locales apretaron el acelerador en el momento necesario, se encontró la suerte en los concretos y su portero Grbavac vivió una tarde dulce para deleite de la parroquia local.
En 7 minutos ocho goles, cuatro para cada escudo. Y alguno de los tantos del Cuenca-Bada Huesca de bella factura. Comenzó el partido de forma fulgurante. Con lanzamientos desde el exterior, con juego con el pivote y con buenas paradas. Al volcán de Thiago con sus lanzamientos respondió Marcelo con su velocísima zurda. Último partido de la temporada y despedida de jugadores en ambos sietes. Y significativas. Salen del equipo manchego Doldán, Thiago, Samuel Ibáñez, Bulzamini y, además, uno de sus icónicos jugadores y capitán, Hugo López.
Cuenca necesitaba ganar para coger billete a Europa o copiar lo que hiciera Logroño. Bada Huesca llegó sin más deberes que la de seguir con las puñetas de juez en este tramo final de liga. Ganó a Nava, ganó a Bidasoa y se fue a hacer lo propio a Cuenca. Los manchegos mandaron en el primer acto con exigua ventaja de un tanto enjuagada, casi siempre, por Bada Huesca, que no le dejaba ponerse dos arriba.
Cuenca es una pista que aprieta y su siete tiene tanta calidad como rocosidad. Si además tiene tentación de bajar el pistón, su técnico está allí para recordar que hay que apretar. Se desesperó cada vez que Montoya sacaba un 7 metros, se sancionaba con una exclusión a alguno de sus centuriones o el ataque del Bada superaba su defensa. Temperamental que es uno.
Entre exclusiones y siete metros, la espectacularidad del partido se afeó. Al menos sobre el 40×20, porque en la grada qué vas a decir de Cuenca. Menos aún con el 13-11 y bola de ataque en el minuto 24. Esa grada es puro espectáculo. Es cierto que el manchego es un siete duro, pero también es cierto que el 6:0 de Bada no es de párvulos. Eso le permitió ‘entrar’ de nuevo en el partido. Una contra de Carmona y 14-13 en el marcador. El empate no llegó, porque Carmona mandó dos veces al palo y permitió a los manchegos dejar el 15-13 en el electrónico que amplió Nazaré desde los 7 metros.
Nolasco preparó la última jugada del primer acto para estrechar el 17-14… y así empezó el segundo acto. Y sin llegar los tres minutos de juego Rodrigo Benites vio su segunda exclusión en el partido. El problema para el Bada lo firmó Pizarro. Cuenca supo cómo bascular la defensa altoaragonesa y encontrar al extremo que ganó la posición siempre de forma cómoda al Almeida.
Al problema Pizarro se le sumó la pérdida de alguna bola en ataque. Y de cabalgar en busca de las tablas se pasó a ir tres abajo con 20 minutos para acabar. Y si estaba Cuenca con su 6:0 pétreo le echó algo más de hormigón. Además, Grbavac seguía firmando una tarde sensacional. Con el 25-20, Nolasco paró el reloj. Lidio lo hizo con 27-24 y poco más de 10 minutos para el final. La victoria era billete seguro para Europa y no quería susto alguno.
Cuenca mando en el marcador, pero sin tenerlo nada seguro. Adrià puso el 30-28 y los manchegos temieron lo peor. Dos goles en balonmano no son nada con algo más de dos minutos por delante. El 5:1 de Bada buscó la sorpresa, así como la presencia de ‘Pascu’ bajo palos. Y lo pudo pasar mal si Grbavac no hubiera frenado el 7 metros de Hackbarth con 31-29 en el marcador. Al final, victoria de los manchegos y billete para Europa.