“Se acaba de coronar entre sus ídolos”. El entrecomillado es de Clara Laborda. Es la madre de Dani Osanz. Quizá, en este momento, la mujer más feliz del mundo. Su hijo acaba de imponerse en el Kilómetro Vertical de la Transvulcania. No es una carrera menor precisamente. En la isla de La Palma el mundo del tral se vive con pasión. Es casi una religión. O un sin casi. Allí llegó el joven aragonés, con su tricampeonato del mundo junior para codearse ya con los mejores. Con un ramillete de tipos impresionantes. Entre ellos, uno de los más grandes como es Luis Alberto Hernando.
El burgalés afincado en Jaca, el dueño de las zapatillas que siempre hay que seguir, ya lo había deslizado: “Dani está fuerte”. Y Dani lo sabía. Siempre con su sonrisa, con su tercero de Medicina en la Universidad de Zaragoza, compaginando su carrera con las carrera, el chico de Adidas competía con buena parte de sus ídolos. Cuando se le pregunta por Luis Alberto se deshace en elogios. Y allí en La Palma había más. El cuadro de honor para enmarcar. Tras Dani Osanz Luis Alberto Hernando, Alexis Sévennec, Aritz Egea y Marco de Gasperi.
El esfuerzo para enjuagar ese kilómetro vertical en 48m42s fue brutal. Ahora toca recuperar fuerzas porque el sábado se enfrenta al medio maratón y allí en la línea de salida se encontrará otra vez con quienes siguen siendo sus ídolos. El chaval es así. Y ellos ya saben cómo se las gasta.