Ser élite también tiene alguna ventaja. Dani Osanz descansa en un cinco estrellas en Funchal (Madeira). Comparte habitación con otro crack en las carreras por montaña, Manu Merillas, el corredor con bastones de bambú y un tipo, también, excepcional. En el hotel, los 30 mejores clasificados del mundial. Los dos comparten habitación, son amiguetes y los dos pugnarán por estar en lo más alto del cajón en las Golden Trail World Series que concluyen esta semana en esta isla portuguesa. Rivalidad absoluta y sana. Dani Osanz es tercero y Merillas, cuarto, pero como el segundo clasificado de la general no se pinchará dorsal corren un lugar en la clasificación.
Madeira es especial. Primero porque se trata de una carrera con cinco etapas que acumula cansancio y suma muchos puntos -450- para la general (Dani Osanz llega como Top-3 con 444) y, segundo, por la meteo. “Ahora mismo llueve como un demonio. Ya nos dicen que por arriba hace frío. El clima es complicado, habrá mucho barro… No me gusta”, dice el de Adidas, aunque, eso sí, siempre entre risas. Y es que el optimismo es marca de la casa.
Ha llegado a Madeira con el depósito del optimismo rebosante. Ese segundo puesto en la maratón de La Palma que le abrió las puertas a la OCC del Mont Blanc fue brutal. Echa la vista atrás para reflexionar. Se acuerda de cuando empezó la aventura en estas Golden Trail World Series, en la mediática Zegama, ve la clasificación y solo tiene buenos pensamientos.
A las 9:00 hora de Funchal arranca este miércoles la primera de las cinco carreras programadas. Con tantos kilómetros, la estrategia se impone. Hay que calcular los puntos para el final. Y Dani Osanz tiene claro que la mejor receta es la del equilibrio, la regularidad. Salir a todas y sin cebarse. El futuro médico es, además, un tipo cerebral. Con su entrenador tiene claro que la primera carrera tiene como lastre el cansancio con el que llegó de La Palma. Por acotar su pesadez: “Estoy en un cinco estrellas y desde que he llegado lo único que he hecho ha sido dormir”, suelta entre risas.
Todas las etapas será duras. Trazados de entre 20 y 30 kilómetros -salvo una crono de 6 el viernes- y consciente de que irá de menos a más. Madeira recibe a los corredores con una carrera de 23 kilómetros y 1.600 metros de desnivel. Y se tensa desde el inicio. Los cinco primeros kilómetros tienen unos 1.300 metros de desnivel positivo “y muchas escaleras”, desliza Dani Osanz. De hecho se conoce como la etapa de las escaleras. Sabe que tiene que estar allí, pero que el cansancio le lastra. Luego, espera, se equilibrará todo.
Cuando se le pregunta a Dani Osanz por el objetivo opta por la prudencia y, por esto, señala que se marca acabar esta edición de las Golden Trail World Series en el Top-10. Esta ha sido la primera ocasión en la que el de Jaca participa en el calendario de más nivel del mundo del trail. “Ahora que lo conozco, el próximo año la intención es ser más competitivo”, afirma.