Dani Osanz quiere ampliar su palmarés. Ahora toca hacerlo sobre un terreno que conoce bien, en el Gran Sasso, en la Italia central. Allí, en L’Aquila, corrió en 2018 y 2019. Ahora, en 2021 buscará una nueva medalla. En esta ocasión, Dani Osanz llega al mundial juvenil de carreras por montaña con el depósito de optimismo a tope, con la ilusión de volver a sentir una medalla al cuello y con la prudencia de quien sabe que será muy difícil. Más de lo que parece. Llega tras la plata en el Kilómetro Vertical absoluto celebrado en el Valle de Boi, pero de confianzas las justas.
El altoaragonés aterriza en L’Aquila tras dos buenas semanas de entrenamiento. La primera en el CAR de Sierra Nevada; luego, en Jaca, con el patio de recreo la Peña Oroel y donde se asienta el fuerte de Rapitán. Futuro médico, Dani Osanz es consciente de que su buen estado de forma -reconoce que “llego muy bien”- le hacen ser una de las principales bazas de la selección FEDME para volver a tocar el cielo. Confiesa que no le gusta mirar a quienes son sus rivales, pero tampoco los puede obviar. Uno lo tiene al ladito mismo, su compañero de equipo y andaluz, Nicolás Molina. Llevan cuatro mundiales juntos, son muy buenos compañeros, pero luego la carrera es la carrera.
Y además de Molina la habitual nómina de franceses, italianos, suizos. Allí donde hay corredores por montaña, hay candidatos a liderar una clasificación. Cuando se le pregunta por si es el máximo favorito, esquiva de forma elegante, como si llevara un bisturí: “Soy firme candidato a medalla”. Osanz disputará primero el kilómetro vertical – 3,8 kilómetros con 1.000 metros de desnivel que alcanza un máximo de 2.130 metros de altitud– y luego la carrera en línea. El KV será cronometrado, a fuego; la carrera -23 kilómetros con 2.369 m de desnivel– la prevé más táctica. La quinta edición del Campeonato Juvenil contará con la participación de 187 atletas de 26 países de entre 15 y 23 años para luchar por las 54 medallas en juego.
Tras el Mundial, Dani Osanz tiene marcado en un círculo y en rojo la fecha del 7 de agosto. La cita es en Suiza, con la prueba de Sierre-Zinal de 31 kilómetros y 1.900 metros de desnivel positivo y la confirmación de que Kilian Jornet estará en la línea de salida. Cuando se le pregunta a Dani Osanz sobre la posibilidad de ganar al estratosférico corredor catalán, es la única vez que responde seco y rotundo: “No”. A continuación desliza entre risas que alguna vez ha solado con ganarle.
La prueba sobre terreno suizo dejará, a priori, un más que interesante duelo entre atletas y corredores por montaña. El trazado tiene una subida muy dura que da paso a un llano donde los atletas keniatas serán especialmente rápidas antes de una pronunciada bajada para buscar la meta. “Ser Top-15 o Top-20 va a estar muy caro”, afirma Osanz.