,HUESCA | Dani Osanz viaja este sábado a Madrid y el domingo estará en Innsbruck (Austria) donde se celebra el Mundial de Montaña y Trailrunning. Dos años después será en Canfranc y el de Jaca quiere brillar en Alpes y en los Pirineos. Bueno, más bien seguir brillando. El mayor de los Osanz, Álvaro sigue con su progreso a velocidad de crucero, es una de las grandes esperanzas de la selección española para conseguir medalla. Su currículo es impresionante y ha escuchado ya muchas veces el himno nacional desde el podio. En Austria le encantaría volver a sentirlo.
Con la carrera de Medicina finiquitada a falta del TFG, este 2023 ha vuelto a sentir lo que es la Zegama –“a la que le tenía muchas ganas después de lo mal que me fue la primera vez”-, a ganar en otras carreras y a presentarse en Innsbruck consciente de que en un Mundial “compites contra los mejores”. El vertical donde pugnará Osanz será sobre 7 kilómetros. Y en esos 1.000 positivos, los africanos -los keniatas Kipngeno y Kiriago- parten con cierta ventaja “porque en el terreno más rápido son mejores que nosotros”. En los tramos duros será donde deberá aprovechar. Otros rivales directos son el estadounidense Gray, el suizo Hadorn y el italiano Maestri… “La verdad es que nos conocemos todos uy bien”, dice aferrado a su sonrisa de siempre.
Osanz: “El objetivo es la OCC de UTMB”
Dani Osanz llega a Innsbruck para competir en un vertical para el que se ha preparado en los últimos quince días de forma específica. Y es que la OCC de UTMB la tiene entre ceja y ceja. Es su gran sueño, el gran objetivo que se ha trazado para esta campaña en el que será su primer maratón en el Mont-Blanc, dentro de tres semanas. A final de temporada, la intención es volver a correr en Estados Unidos y no descarta tener dorsal en la mediática Sierra Zinal.
La campaña la diseña con Rogelio Macías, quien es su entrenador desde hace dos temporadas y con el que el de Jaca, reconoce, “he dado un salto muy grande en cuanto a la adaptación a la montaña, a las bajadas que eran siempre mi punto débil y ese paso de correr de forma específica al kilómetro vertical a carreras de 50 kilómetros. El periodo de adaptación está saliendo muy bien”. Y es obvio que, el paso de distancia combinado con los estudios de Medicina no ha sido sencillo.
El sacrificio ha sido enorme, pero ya está cerca de llevar el fonendoscopio con el título. “Ha sido duro. He estado haciendo prácticas, la sanidad pública, ahora mismo, tiene una saturación increíble, se trabaja muchísimo y después tenía que entrenar. Es lo que hay, y no me voy a quejar porque de nada sirve lamentarse”. De hecho, el TFG lo defenderá el lunes vía telemática.
En un corredor de sus características, la dureza del trazado es lo que ansía. Por eso, también pone su vista en Canfranc 2025. La localidad altoaragonesa acogerá el Mundial de Montaña y Trail Runnig y allí querrá ser protagonista sobre unos trazados que se los conoce a la perfección.