Dani Osanz acaba de ser la primera persona que oficialmente baja de la hora en subir a la cima del Garmo Negro desde el Balneario de Panticosa. Ha parado el crono en 59m09s. Posiblemente bajen la marca, pero nadie le va a quitar el ser el primero en bajar de la hora. Lo ha hecho esta mañana de domingo, que abrocha una semana que no ha sido cómoda para el jacetano, también estudiante de medicina en la Universidad de Zaragoza y en la que ha tenido que hacer algún que otro examen por lo que no ha podido dormir todo lo que hubiera querido.
El reto surgió por el empuje de unos amigos. Ellos le azuzaron y a Dani Osanz no le importó el compromiso. “Me animé por ellos. Lo llevaba pensando durante todo el verano, pero fueron Miguel, Gorka… los que dijeron que iban este domingo. Juan, de Adidas, mi hermano Álvaro y mis padres también me animaron así que para adelante. Todo eso hizo que me diera un subidón impresionante”, explica Dani Osanz.
A las 9h9m ha dado su primera zancada, aunque el día amaneció pronto para Dani Osanz. Hacia las 6.00 ha desayunado en Jaca muesli y dos tostadas de nocilla. Con eso y en coche, ha ido desde Jaca al Balneario de Panticosa para buscar una cima que conoce bien y en la que sus colaboradores han pasado las horas previas al récord para dejarlo todo cincelado. Antes de subir, un gel. “Y ya para arriba sin respirar”, se ríe.
Como era de esperar no ha sido una ascensión fácil. “He salido bastante fuerte y a mitad de ascenso he tenido un momento crítico. Mi cuerpo no respondía y hasta he llegado a pasar del récord. Me he encontrado con un amigo y sus ánimos han servido para recuperarme. “La última parte, los 500 metros finales, una pedrera muy técnica, me he encontrado muy bien y he volado. He estado cerca de bajar de los 59 y la verdad es que estoy muy contento”, explica.
Y en un domingo de inicios de spetiembre se ha topado con montañeros que subían al Garmo Negro que también le han aplaudido y animado. Todo eso también ha sido una inyección para que el chaval subiera más espoleado. Baja en dos minutos el récord de Toño Algueta – que ya de por sí era “muy potente”, afirma Osanz- quien, por cierto, hoy mismo también ha hecho el récord al Bisaurín. El de Jaca subraya que en la cima del Garmo “he llegado al límite, no podía dar más”.
Según su pulsómetro, ha estado a un máximo de 195 pulsaciones y la media ha estado en unas 182. Ha llegado a bajar a 165 producto del cansancio acumulado de la semana y de la altitud del pico. Y es que desde el Balneario de Panticosa a la cima de este ‘tresmil’ son 4’3 kilómetros y 1.400 metros de desnivel positivo. Dani Osanz es especialista en kilómetro vertical, pero quizá el Garmo Negro es demasiado duro “para mis condiciones”, confiesa. La razón, también descansa en el tipo de terreno. Le ha tocado trepar y poner las manos en algún tramo lo que impiden correr.
El récord ha estado planificado al máximo. El viernes fue a la montaña para echarle ese último vistazo y sus amigos -“gracias a ellos ha sido posible”, recalca Dani Osanz- incluso vivaquearon en el Garmo. Si Osanz no ha tardado una hora en subir, el descenso lo ha hecho en casi tres.
¿Y cómo va a celebrar el récord? “He quedado con los amigos a tomar unas cervezas por Jaca, a cenar y a pensar en el siguiente objetivo”. Asegura que no lo tiene en mente, pero es muy posible que surja este mismo domingo y el campeón del mundo de Kilómetro Vertical lo fije en su mirilla