Daniel Osanz quiere cerrar este domingo su liderato absoluto en la Copa del Mundo de Kilómetro Vertical. Se encuentra en Chelonge, cerca de Grenoble (Francia) donde este domingo 29 se celebra la prueba. A las 11.50 tiene programada su salida. Ahora mismo es el líder de la especialidad. Falta una carrera. Un kilómetro vertical, durísimo, y con el espectacular premio de consolidar de forma definitiva esa primera plaza. La Verticale du Grand Serre es la última prueba del calendario.
El pasado fin de semana agarró el liderato en la 2KV celebrada en Suiza. Ahora todo se resolverá en los 1.000 metros de desnivel de Chelonge. Llega descansado. Desde la victoria en Suiza ha repuesto fuerzas para que sus piernas respondan al esfuerzo de este domingo. El patio de recreo donde se la va a jugar no es precisamente el que mejor se adapta a sus características. Más que por la dureza, porque es poco corrible. Va a ser necesario utilizar mucho los bastones y andar a ritmo fuerte. “Voy a intentar apretar lo máximo posible, a darlo todo”, señala.
El jacetano, corredor de Adidas y estudiante de Medicina en la Universidad de Zaragoza, no esconde que está viviendo los días previos con ciertos nervios y que el domingo también los tendrá. “Si lo pienso estoy muy contento por el hecho de que dependo de mí mismo”, señala.
También ha sacado la calculadora y hasta con un quinto puesto en función de cómo queden sus principales rivales le valdrá para ser campeón de la Copa del Mundo. Y rápido acota que no quiere pensar mucho en ello. No quiere confiarse, porque, además, la prueba gala cuenta con bonificación. “Lo mejor es estar concentrado en lo que tengo que hacer yo, que es darlo todo. Si pienso que con el quinto me vale, igual quedo sexto o séptimo”, precisa. Tiene claro que las diferencias entre los primeros van a ser muy pequeñas porque se trata de un kilómetro vertical corto, 1,8 kilómetros.