Qué bien se ve el panorama ‘futbolero’ tras el último partido en El Alcoraz, quizá por verlo tan complicado hasta el descanso, la victoria final se saborea mucho mejor, más aún cuando se atisba la luz al final del túnel.
No debemos olvidar varios factores que marcaron el partido ante los andaluces, que no debieran pasar desapercibidas.
Primero fue Anquela en Cope quien se sinceró y dejó muy claro que jugaba con Arruabarrena lesionado, y no le importaba nada el reconocerlo, que Samu era la ley del mínimo esfuerzo en los entrenamientos hasta que quiso hacerse jugador de Segunda, y que hombres como Luis Fernández o Tyronne, mientras no se aplicaran más, no iban a jugar con él.
Dicho y hecho, pero antes de que gallego y canario fueran resolutivos para la victoria final, el Huesca volvió a pecar de ingenuo y cuando quiso darse cuenta de la trascendencia del partido, ya perdía 0-1.
El Almería sabía que o salía a por todas o saldría trasquilado, como le había pasado anteriormente a la Llagostera o al mismísimo Nástic, y aunque sin tirar a puerta, vivió muchos minutos en campo del Huesca, que no sabía como quitarse de encima el dominio rojiblanco y que hacía a Casto mero espectador del choque.
Un Huesca romo, sin ideas, salvado milagrosamente por Leo Franco de la hecatombe que hubiera sido irse con 0-2 al descanso, salió cabizbajo y muchos hubiéramos firmado un empate a uno con sangre, pues el Huesca había sido incapaz de remontar un partido en esta temporada.
Tras el descanso, otro Huesca, otra mentalidad, otra actitud
Bien Anquela obedeciendo a la cabeza y dando entrada a Luis Fernández, porque el gallego, aunque volvió a estar sin fortuna de cara a gol, se movió como un loco en el ataque y esa movilidad fue determinante en el partido.
Porque visto que el Huesca se venía arriba y dando el Almería un paso atrás, Anquela volvió a tocar la tecla que necesitaba con la entrada de Tyronne, y el canario no falló y volvió a ser el jugador resolutivo de la temporada pasada. En sus botas el primer gol y la sensación de que cualquier cosa buena iba a salir de su juego, y así fue.
Tras la milagrosa voltereta en otra preciosa jugada, el Huesca supo jugar con cabeza, otra vez avispado Anquela para que su mejor jugador no fuera expulsado y muy inteligente el equipo, defendiendo con balón y sin dar al rival la posibilidad de creer en el empate.
Mención aparte quiero hacerle a una afición entregada, que lo intentó con timidez cuando el equipo perdía, pero que se vino arriba ante la mínima insinuación de querer ir a por una victoria que al final, va a resultar casi definitiva para la salvación.
Pensar que está hecho será un error, pero hay mucho terreno ya ganado. En Anquela y la plantilla está el esperar lo menos posible para cantar la salvación matemática, y luego hablamos de quien entrena mejor o peor, quien se queda o quien se va, pero me reconcilia escribir que quienes yo pensaba que andaban a otra cosa que no fuera el fútbol, me han tapado la boca y le han dado al Huesca un aire tan fresco que puede que dentro de poco haya que quitarle el respirador artificial y reciba el alta definitiva de la salvación.
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Bien, Sergio. En esta ocasión coincido de pleno contigo.
Efectivamente se ha producido esta metamorfosis tan esperada, porque el camino que seguíamos nos llevaba al desespero, a acabar defenestrados, divididos y rotos.
El trabajo, el sacrificio y la ilusión se imponen, bien ayuados por la faena psicológica que hace poner a cada cual en su sitio y todos a una conseguimos sumar.
Esperemos que esta tendencia se mantenga, seamos capaces de valorar y aprender de todo ello para que en futuras ocasiones seamos capaces de reaccionar con antelación.
Y es loable reconocer los errores, ponerse las pilas y cerrar la boca a quienes desconfían o desconfiábamos. Pero creo que los diferentes toques de atención, las críticas vertidas sobre el grupo (cuando son ciertas, con afanes constructivos y no solo “para vender prensa” o romper la armonía) han surtido efecto y se está reconduciendo.
Tú has sido una de estas voces, como algunos otros comentaristas, informadores y aficionados en general (¡ojo, no todo el mundo! Cada cual que sea honesto con sus opiniones) que hemos, creo, lanzado esta iniciativa que ha hecho reaccionar a las gentes de bien. Te felicito por la parte que te corresponde y te lo agradezco.