El mes pasado hablábamos con el fundador del Íbero Rugby Zaragoza, Alejandro Cases, y con el capitán del equipo masculino, Pablo Calahorra. Ahora nos hemos reunido con dos jugadoras del equipo femenino del Íbero para que nos cuenten cómo ha sido su entrada en este mundo y qué supone para ellas.
Teresa García es la capitana del Íbero femenino, y una de sus compañeras es Alodia Villar. Teresa confiesa que “antes de saber jugar no sabía ni que existía”. “Yo estaba estudiando en la Universidad y una compañera de clase me habló que habían sacado rugby femenino por primera vez. Me sugirió apuntarme con ella, así que fui a probar y me gustó, por lo que después me federé en un equipo y me aprendí las normas”, reconoce.
El caso de Alodia es más peculiar. En junio de 2013, acababa de terminar el sexto año del conservatorio en el Grado Medio de viola y se dijo a sí misma que ya podía “romperse cualquier cosa”. “En el curso 2013/2014 estuve de Erasmus en Leewarden (Países Bajos) en mi cuarto año de Márketing e Investigación de Mercados. Ahí conocí el rugby. Recuerdo el primer día de rugby como el día más tormentoso de mi vida, yo esto no lo podía soportar. Pero a la larga, ir ese día a entrenar fue lo mejor que me ha podido pasar”, confiesa.
A la larga, ir mi primer día a entrenar a rugby es lo mejor que me ha podido pasar
A la vuelta del Erasmus, Alodia estuvo el curso 2014/2015 en Madrid estudiando un Máster en Gestión Deportiva. “Ahí me vinculé 100%, entrenaba a mediodía, por la tarde e iba al gimnasio por las mañanas. Me federé en el Olímpico de Pozuelo”. Alodia destaca que también empezó a “ver muchos los partidos”, lo cual también ha traído alegrías fuera del césped. “Me sirvió para conocer a mi pareja que también es jugador así como a más amistades. Eso me ha hecho querer más al deporte”, relata orgullosa.
De esta manera, Teresa entró en el Íbero en 2015, mientras que Alodia lo hizo en 2016. Ambas señalan que el rugby es un deporte como cualquier otro. “Desde fuera parece que te estén partiendo una pierna, pero es todo técnica, tú sabes dónde tienes que colocar la cabeza y los brazos y hacia dónde tienes que caer. Cuanto más fuerte vas, menos duele”, explica Alodia.
Es todo técnica, tú sabes dónde tienes que colocar la cabeza, los brazos y hacia dónde tienes que caer
En la misma línea se muestra Teresa: “Del mismo modo que en un entrenamiento aprendes a pasar y correr, también tienes que aprender a encajar los golpes, forma parte del juego”.
Lo que está claro es que el rugby femenino está experimentando un crecimiento exponencial, que en la mayoría de casos viene dado por participantes que se inician en su época universitaria. Teresa detalla que cuando ella empezó a jugar “sólo había un equipo femenino, el CDU Rugby Zaragoza y tres años más tarde había tres equipos femeninos: Fénix, Íbero y Universitario (CDU). Además cada año hay más chicas en esos equipos”, concluye.