Apenas llevamos nueve partidos de Liga 1/2/3 pero ya nos han permitido ver dos versiones del Real Zaragoza totalmente distintas. Una firme e ilusionante en las primeras cuatro semanas de temporada, y otra defectuosa, que está haciendo descender progresivamente al equipo hasta un lugar muy alejado del objetivo. Los focos apuntan al entrenador como principal culpable. Sin embargo no es la única variante de la ecuación que penaliza el rendimiento deportivo del club aragonés.
Y nos centrarnos en varios jugadores que han tenido un cambio brusco en su nivel. Porque aunque los problemas fundamentales están siendo colectivos, el Real Zaragoza ha perdido varias soluciones individuales con las que contaba a principio de temporada. Sin duda, si hablamos de transformaciones de rendimiento, hay dos jugadores que destacan sobremanera: Jorge Pombo y Alberto Benito.
Jorge Pombo ha perdido esa frescura inicial
Comenzando por el canterano del Real Zaragoza Jorge Pombo, hay que decir que fue considerado por gran parte de los aficionados de la categoría como uno de los jugadores más desequilibrantes. Su nivel en los cuatro primeros partidos fue para etiquetarle mínimo en esa categoría. A las condiciones que siempre ha poseído (conducción, gran arrancada y una vía muy vertical hacia portería) se le habían sumado un poso y una inteligencia en el juego desconocida en él. Jorge Pombo mejoraba con cada intervención el juego del equipo, dominaba el juego entre líneas y parecía haber dado un enorme salto en su evolución. Sin embargo, en las últimas jornadas se ha perdido ese atacante que tenía tan claras las ideas y que generaba ocasiones con tanta facilidad. El equipo no le ayuda, cada vez le llegan menos balones y en peores condiciones, pero aun así cuando aparece se le ve en muchas ocasiones difuminado. Ya no posee ese brillo que le hacía ser la estrella ofensiva del conjunto de Imanol Idiakez, ya fuera como mediapunta o como uno de los dos delanteros.
El otro jugador que destaca por su bajón es Alberto Benito. Una de las notas más positivas ya no solo en las primeras jornadas sino también durante la pretemporada. El lateral diestro empezó la temporada como un tiro, con la total confianza del entrenador y con un recorrido que es el que le llevó a acabar en el Real Zaragoza de la mano de Natxo Gonzalez. Pero ha perdido fuelle con el paso de las jornadas. Cada partido parece estar peor. Sigue subiendo y bajando, pero sus intervenciones son muy deficientes. Se nota que no está bien físicamente, algo que ya le ocurrió la temporada pasada. Mucha gente está pidiendo oportunidades para Julian Delmás, un proyecto joven de la cantera que puede tener mayor techo, y que podría, con su competitividad, avivar el rendimiento de Alberto Benito.
Desde que Álex Muñoz dejó de jugar, el equipo defiende peor
Otro tema destacado se da en los centrales del equipo. Los constantes cambios en el centro de la defensa evidencian que el Real Zaragoza tiene problemas de solidez defensiva. Los cuatro centrales de la plantilla han tenido su papel. Perone ha gozado de dos titularidades pero no ha convencido, Grippo está teniendo errores muy graves que están costando puntos y Verdasca parece el único fijo en esa zona del campo. Asumiendo el tipo de central que es el portugués, siempre valiente y expeditivo para lo bueno y también para lo malo. Sin embargo aquí aparece una figura muy extraña que de repente desapareció del campo, Alex Muñoz. El central zurdo jugó de titular los tres primeros partidos, con muy buenas sensaciones. Seguro en defensa y con una salida de balón muy interesante gracias a su buen pie y a su perfil zurdo(único de los centrales). Sin embargo a partir de Oviedo no volvió a jugar, y lo cierto es que el equipo no ha dejado de tener problemas defensivos desde entonces. En los tres primeros partidos recibió dos goles. En los seis siguientes ha recibido ocho, con actuaciones tremendas de Cristián que han evitado males mayores. Entonces, ¿por qué ha dejado de contar con minutos Alex Muñoz? Es una pregunta que parece que solo puede responder Idiakez.
Por último sería importante destacar las lesiones. No sirven de excusa para justificar el rendimiento del equipo en las últimas semanas, pero evidentemente no refuerzan el juego. La baja de Igbekeme, que estaba en un estado de forma que tenía a toda la Romareda enamorada, lastró el mediocampo en varias jornadas. La tardía recuperación de Eguaras, que sigue sin estar al nivel de la temporada pasada, y ahora las bajas de los hombres destinados a ocuparse de los goles, Gual y Alvaro Vázquez, son problemas en el camino del club maño.
Son más inconvenientes que se unen a que evidentemente Imanol Idiakez no está logrando dar con la tecla para que el equipo juegue como ha demostrado que sabe. Son dos victorias en nueve partidos. Un bagaje pobrísimo que no puede mantener un Real Zaragoza, al que en este siempre teórico segundo año de proyecto hay que exigirle estar en la zona de ascenso.