Fútbol en su máxima expresión con la pasión como referencia. Llega el derbi. Quizá el de este año aparece con un punto menos de tensión. El hecho de que se juegue en diciembre, durante un Mundial, que los partidos de entre semana del Real Zaragoza y la SD Huesca le han restado días para hablar del mismo tengan algo que ver en ello. Pero al final es un derbi el del sábado a las 21.30 con La Romareda como escenario de un duelo que siempre es más, mucho más, que los tres puntos en juego.
Llega el partido con dos equipos instalados en zona de nadie, con el deseo de que alguna temporada sea en Primera y con el pique de quien atesora años de historia en la máxima categoría y quien quiere volver a ella. Los Zaragoza-Huesca y viceversa se pueden envolver con lo que uno quiera. Hay quien niega que sea un derbi e incluso se estanca en esa percepción en lo que debe ser, en lo que es, una fiesta del fútbol aragonés como debe ser, como es, los Athletic-Real Sociedad.
Si bien el Huesca está por encima del Zaragoza en esta liga, hay una cierta sensación de que los de Fran Escribá llegan un punto mejor que los de Ziganda, que fuera de El Alcoraz se deshilacha. No estará Cristian bajo palos y la baza de Azón -igual ‘escondida’ por Fran Escribá en su rueda de prensa- aparece como revulsivo desde el banquillo una vez recuperado de su lesión. En partidos así aparece como factor clave los 20 primeros minutos de juego. Quien imponga el ritmo, las ocasiones y, si es posible el gol, tendrá mucho ganado. Más en una Segunda División donde por lo visto, quien golpea primero es difícil que pierda después.
Equilibrio por líneas
En un duelo así, bajo palos sí que parece que Andrés está por encima de Ratón que sigue sin dar claves de seguridad y eso lo contagia a la defensa y a la afición. En defensa, y ante la duda de Jorge Pulido debido a la fractura de nariz que sufrió contra el Éibar –Ziganda cuenta con él si los servicios médicos le dan el visto bueno que parece que sí-, aparece la del Zaragoza con más fortaleza con un Jair al que su pasado en el conjunto altoaragonés le puede dar un plus en su juego. Eso sí, otra cosa es el entramado defensivo que siempre teje Ziganda y que implica que su equipo reciba muy pocos goles e incluso las ocasiones del rival sean más efectistas que efectivas.
En el centro del campo y, más concreto, el doble pivote por donde pasa el juego, Kento y Salvador anclan de forma perfecta y se puede imponer a la de Molina o Francho y Grau. En la delantera aparece con nombre propio Gulio Simeone, aunque no son dos equipos que se caracterizan por marcar. Con dos onces equilibrados, a tenor de lo que es esta categoría donde el gol es un bien escaso se prevé un partido intenso, de emociones sobre el campo y en la grada. Quienes seguro que no van a estar sobre el prado por parte de la SD Huesca son Marc Mateu y Juan Carlos, por lesión y por tarjetas, respectivamente, y sin su concurso está claro que baja enteros el poder ofensivo de los de Ziganda.
Distinta efectividad
Aunque los dos equipos muestran estadísticas parecidas y han demostrado hacerse más fuertes en casa, los oscenses, a diferencia de los blanquillos, acumulan un balance positivo en goles hasta ahora. Esta campaña, casi el 60% de los goles de los zaragocistas los anotan en La Romareda y menos de la mitad de los encajados han sido también jugando como locales. Los azulgranas, por su lado, han demostrado dificultad para anotar lejos de El Alcoraz, apenas cinco de los 16 goles acumulados han sido jugando de visitantes.
También parece claro que en los derbis, cuando queda todo un mundo por jugar, el de la segunda vuelta, allá por el mes de marzo, tendrá más condimento. Para entonces ambos equipos tendrán más definidos sus objetivos reales para la presente temporada.
Posibles onces iniciales
SD Huesca: Andrés Fernández; Ratiu, Blasco o Rubén Pulido, Jorge Pulido, Florian, Ignasi; Kento, Salvador; Joaquín o Escriche, Gerard, Carrillo.
Real Zaragoza: Ratón; Gámez, López o Francés, Jair, Fuentes; Bermejo, Grau, Serrano, Vada; Mollejo y Giuliano