Domingo 2 de septiembre. Temporada 2007/2008. Un conjunto altoaragonés que partía como gallito de su grupo de 2ª B ganaba 1-3 a domicilio a la Cultural Leonesa; en el 11 titular, con el ‘8’ a la espalda y en la misma posición que lo hace ahora mismo, se estrenaba Mikel como jugador de la SD Huesca.
Desde entonces, y aunque él seguramente no lo supiera por aquel entonces, El Alcoraz se iba a convertir en su nueva casa junto a San Mamés. Esa temporada, en la que llegó cedido desde el Poli Ejido, terminaría con el mítico gol de Roberto ante el Écija que certificaría el ascenso a 2ª división por primera vez en la historia oscense.
Aunque al año siguiente se fuera de vuelta al Poli Ejido, finalizó su contrato ahí y volvería por primera vez a la SD Huesca, donde pasaría las siguientes dos temporadas. Un potente Granada, que ascendió ese mismo año, le fichó en la 10/11, siendo el vasco una de las piedras sobre las que se edificó su ascenso. De ahí a Bilbao, dónde se convirtió en leyenda del Athletic tras jugar ahí 6 temporadas.
Una leyenda en “La Catedral”
175 partidos a sus espaldas, más de 11000′, con 13 goles y 6 asistencias le valieron para despedirse entre aplausos y vítores de San Mamés al término de la pasada campaña. Su rumbo, sin embargo, estaba claro antes de firmar su contrato. El vasco nunca había negado su predilección por la SD Huesca, club que siente hoy día como suyo y que, efectivamente, es donde volvió.
Y desde entonces, hasta hoy. El pasado sábado pasó la centena de partidos defendiendo la elástica azulgrana, la gran mayoría de ellos en 2ª división. Sin embargo, el que vino joven cedido y el de hoy son jugadores distintos. Ahora, con miles de minutos de fútbol de élite a sus espaldas, Mikel se ha convertido en una de las bases sobre las que el Huesca está edificando, poco a poco, su regreso a la élite.
Con 3 goles y 4 asistencias es el jugador de la plantilla que más tantos ha generado en lo que va de campaña. También es uno de los que más minutos acumula en sus piernas, puesto que solo ha sido suplente en una ocasión, en la victoria ante el Extremadura. El fin de semana que viene le volverá a tocar exprimirse, puesto que la ausencia obligada de Mosquera seguramente le obligue a jugar en su posición. El 2º capitán del equipo azulgrana deberá volver a dejarse la piel sobre el césped para que los puntos se sumen a su casillero y la cabeza de la competición no se escape en exceso. Pero la afición está tranquila, porque le han visto hacerlo durante una centena de partidos sin fallar.