El pivote argentino del Bada Huesca tampoco seguirá la próxima campaña en el equipo por lo que se suma a las bajas ya confirmadas de Rochel, Eloy y Novelle.
Si Eloy no continuará la próxima temporada tampoco estará Martín ‘Perrito’ Doldán por lo que, oficialmente, el BM Huesca se encuentra huérfano de pivotes para la próxima campaña. El argentino lo ha anunciado en el programa de deportes de Cope Huesca. Se le preguntó por su continuidad y respondió que no va a seguir. Martín Doldán llegó esta temporada para acompañar a Eloy en la zona mollar del equipo. El pivote ha mostrado más habilidad en tareas de ataque que de defensa. Cuando se le pregunta por el hecho de encontrarse más cómodo buscando el gol que evitándolo, atornilla primero una sonrisa para reconocer que sí, que es más feliz en el ataque que en la defensa.
Doldán pelea la posición en el partido contra Puerto Sagunto. Foto: Carlos PascualEl pivote argentino y el club mantuvieron conversaciones la pasada semana, “pero no llegamos a un acuerdo”, precisó el jugador. Reconoció que su estancia en Huesca ha sido satisfactoria, tanto en el equipo como fuera de él, y señaló que maneja ofertas tanto de dentro como de fuera de España para seguir peleando cada bola desde los 6 metros. La actual temporada se le ha hecho difícil. Sobre todo al estar alejado de su familia –vive en Alicante- en un año en el que nació su primer hijo, Martín. Su repaso de la temporada es que pronto se torció el objetivo de anclarse en las posiciones altas de la tabla y la puntilla fue la desaparición del BM Aragón que le restó al equipo altoaragonés los cuatro puntos conseguidos sobre la tabla; de arañar puestos nobles pasaron de un plumazo a mirar el lado oscuro de la clasificación.
Argentino atípico
Doldán, nacido en Buenos Aire, empezó a jugar a balonmano a los 11 años, en el instituto Grilli. Antes probó en el fútbol, como defensa, pero no cuajó. Como buen argentino tiene ascendencia hispano-italiana. Y pronto llegó a las categorías inferiores de la selección absoluta. A los 17 años fichó por la sección de balonmano del RiverPlate, uno de los mejores equipo de Argentina, “y de fútbol también”, apostilla con una sonrisa. El mote de ‘Perrito’ le vino porque de pequeño un can le mordió y le dejó un ‘recuerdo’, casi imperceptible en la cara. “En Argentina es típico poner apodos. A mí me llaman perrito y a mi hermano oveja porque tiene muchos rizos –a su hijo, gordito-”, dice con una sonrisa. Y es un argentino atípico: no sabe hacer asado.
Sus inicios en el balonmano fueron en el lateral izquierdo, aunque pronto se reconvirtió en pivote. Jugó tres años en Italia y con la selección transalpina. Por temas burocráticos se hizo italiano, luego jugó en dos etapas en Alemania y entre medias en España, en el Villa de Aranda, cuya elástica luce en su perfil de twitter y en su wasap. “No me hicieron una foto linda para ponerla con la camiseta del Bada”, se defiende con una sonrisa. Ahora, su objetivo además de encontrar equipo para la próxima campaña, es defender otra vez a la selección argentina y en unas Olimpiadas. Su deseo es que la burocracia –por haber jugado ya con Italia- no lo impida.
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