HUESCA | El Lobe Huesca ha caído derrotado por 80-85 ante Morón, segundo clasificado en la tabla y ha visto truncadas la racha de dos victorias consecutivas que habían logrado los de Sanz. Los oscenses han hecho la goma durante varias fases del partido. Como en otros encuentros tocó remontar una renta importante ya en el decisivo cuarto e incluso llegó a ponerse por delante a 59 segundos del final (80-79). El cansancio por el esfuerzo y dos acciones en las que al equipo se le hizo de noche evitaron culminar la remontada. Y todo ante los ojos del seleccionador nacional de baloncesto para ver a su hijo sobre la pista y con la mejor entrada de la temporada.
Ambos equipos arrancaron el encuentro muy inspirados en ataque. Dos triples del sueco Stümer concedían las primeras rentas a los peñistas (13-8). Los oscenses movían bien el balón, buscaban siempre al jugador mejor posicionado. Stümer, Bastante y Nogués anotaban con fluidez. El rival alternó las defensas e hizo daño a los locales. El equipo se atascaba, perdiendo balones y siendo incapaces de anotar bajo aro. Un ex peñista, Luis Parejo, tomaba el mando de las operaciones, anotando desde fuera y en penetraciones a canasta. Al 32 de Morón le secundaba por dentro el francés Pavrette, que imponía su físico con varios mates y canastas bajo aro. El cuarto se cerraba 21-27.
El Lobe siguió fiel a su espíritu en el segundo cuarto: defensa intensa, robos y ataques rápidos. El sueco seguía de dulce y una canasta suya acercaba a los oscenses a 1 punto (28-29). El partido seguía igualado con continuos intercambios de canastas. Chapero entraba en pista y a pesar de su visible maltrecha rodilla aportaba buenos minutos imponiendo su físico bajo ambas canastas. Bellver, con un triple con mucha parábola devolvía, la iniciativa a los altoaragonés. El técnico visitante detenía el encuentro con un tiempo muerto. Luis Parejo seguía bombardeando el aro peñista. El alero se iba al descanso con 14 puntos convertidos y su equipo abría una brecha de 7 (41-48).
Tras el descanso, los locales se atascaron y Morón lo aprovechó para tomar rentas de +15 (41-56). Demostraron que no era por casualidad su segundo puesto en la tabla y la diferencia en lo que quedaba de cuarto no bajó de los 10 puntos (55-67). El decisivo cuarto arrancó con un mate de Nogués entre una maraña de brazos que levantó al público de sus asientos. Los de Sanz habían salido con la idea de pelear cada balón y luchar hasta la extenuación. Un parcial de 8-0 volvió a meterles a Peñas en el partido.
El francés Pavrette con un 2+1 abrió la cuenta de los naranja cuando ya habían transcurrido 3 minutos. Los andaluces organizaban sus ideas y volvían a escaparse en el marcador (69-77). Un triple de Rubín de Celis situaba nuevamente a los oscenses a 3. La grada llevaba en volandas al equipo. La comunión era perfecta. Bastante puso por delante al equipo ya dentro del último minuto. El cansancio pasaba factura y dos malas acciones en ataque condenaron al equipo a una nueva dolorosa derrota (80-85)