Con un balance de 5 victorias y 2 derrotas, Casademont Zaragoza se clasifica ahora mismo en quinta posición de la Liga Femenina Endesa, empatado con Uni Girona y Sedis Bàsquet. Nada que ver con el año pasado, que con los mismos partidos jugados, llevaban un balance muy diferente con 2 victorias y 5 derrotas.
Es indudable que ha habido un gran cambio en la dinámica del equipo, siendo varios los cambios que hay que tener en cuenta para comprender la progresión del equipo.
Claves para entender la diferencia entre la temporada pasada y la actual
Uno de ellas es el entrenador. El año pasado el club apostó por Carlos Iglesias. Este año ficharon a Carlos Cantero, que el año pasado había estado como primer entrenador en Lugo, obteniendo muy buenos resultados con un grupo en el que no había muchos nombres propios.
Los fichajes son otro punto a tener en cuenta. De la temporada pasada, solamente quedan Zoe Hernández, Aminata Sangare y Anna Cruz, que llegó a mitad del curso pasado. A ellas se han unido jugadoras con experiencia en la liga, pero que no son nombres tan estelares como lo fueron el año pasado. Se ha apostado por gente que ya sabe lo que es jugar en esta liga, e
incluso en la misma ciudad, como es el caso de Vega Gimeno.
A ella se han sumado Maria Bettencourt y Maria Kostourkova (ambas provenientes de Ciudad de La Laguna Tenerife), Merrit Hempe (ya estuvo jugando en Zaragoza y el año pasado fue entrenada por Cantero en
Lugo), Lara González y Antonia Delaere (las dos vienen de IDK Euskotren) y por último Sierra Calhoun, la única jugadora que no tiene experiencia en Liga Femenina. La clave de este grupo es que todas, desde el principio, han asumido su rol, sabiendo quienes son las jugadoras importantes, y por tanto las que más minutos van a jugar.
Otra de las claves es que han hecho equipo fuera de la cancha, algo fundamental para sacar adelante partidos complicados. Es de destacar que recientemente, cuando fueron los cumpleaños de Cruz y
González, todo el equipo llenó el vestuario de globos y las cumpleañeras soplaron las velas, algo que el año pasado no se había visto.
La afición, imprescindible para el equipo
Además de todo esto, la afición ha jugado un papel fundamental, acudiendo al Príncipe Felipe cada vez que el equipo así lo reclama. El buen juego del equipo ha enganchado a la afición, que disfruta las mañanas de domingo con el equipo femenino de la ciudad. Sin duda, este es el camino a seguir por el club maño si quiere mantenerse durante varios en la élite del baloncesto femenino español.