Jaime Castrillo tiene 23 años recién cumplidos. Alejandro Valverde, actual campeón del mundo, ya prácticamente alcanza los 39. Este último lo ha ganado casi todo, algunas cosas hasta en repetidas ocasiones. Al primero sin embargo le quedan todos los triunfos (porque los conseguirá) por celebrar. Pero hay algo que une a ambos, y no me refiero al hecho de compartir equipo. Tanto el aragonés como el murciano van a debutar este domingo en el Tour de Flandes, en De Ronde que es como gustan llamarla por allá. Uno de los días del calendario señalados en rojo y que ambos descubrirán pese a sus 16 años de diferencia.
Muros y pavés
Estas dos palabras son el perfecto resumen de lo que Jaime y Alejandro descubrirán en su intento de conquista de Flandes. Si el campeón mundial quiere poner una pica en Flandes tendrá que saber leer en todo momento una carrera especial en la que el tener las mejores piernas no asegura el triunfo. Por su parte, el altoaragonés será parte de su guardia personal a lo largo de los 267 kilómetros que presenta De Ronde.
Habrá un primera mitad llana y sin dificultades. Territorio para luchar la fuga, un escenario en el que podría actuar el jacetano. Mandar efectivos por delante se antoja primordial en estas pruebas. La segunda mitad asusta. 17 cotas, la mayoría adoquinadas. Algunas míticas como el Kapelmuur. Otras con rampas del 20% como el Paterberg, a 14 de meta. Otras se pasarán 3 veces, como Oude Kwaremont. Cantidad y variedad. Y todas, absolutamente todas abarrotadas de público. Porque De Ronde es el gran día del ciclismo flamenco.
Movistar
El equipo azul presenta, a falta de Jorge Arcas, un gran bloque para apoyar a Valverde en Flandes. Más valdrá porque será necesario para dejar por el camino a los Sagan, Van Avermaet, Terpstra y a la manada entera de lobos del Deceuninck-Quick Step. Por primera vez hay un ciclista local de calidad contrastada. Será Jürgen Roelandts, el plan B telefónico. El alemán Sütterlin es otro experto rodador que se maneja muy bien por el pavés. Vamos a llamarlo plan C. El resto también tienen lo suyo, como Erviti, Oliveira o incluso Mas. Por su parte Jaime Castrillo viene de experimentar el adoquín en Dwars Door Vlaanderen, donde pese al trabajo logró terminar con poco tiempo perdido. El aragonés seguramente será uno de los primeros sacrificados del equipo pero quien sabe, quizás llegue hasta el final para saborear la meta de Oudenaarde. Estas carreras no se corren, se sufren y se disputan. Suerte.