El Alavés se encargó de quitar de un plumazo toda las esperanzas del Real Zaragoza de mirar a la parte alta de la tabla. Los vitorianos vencieron por 1-4 a un equipo local frustrado en ataque y pusilánime en defensa. Un golazo de Bebé en la segunda mitad maquilló un esta contundente derrota en La Romareda.
El Real Zaragoza volvía a casa con el depósito de confianza otra vez lleno hasta arriba. Tras la inesperada y balsámica victoria en Andorra, Franc Escribá querían lograr lo que todavía no ha conseguido en su etapa en el banquillo zaragozano: ganar dos partidos consecutivos. Para ello, y ante la plaga de lesiones en el frente ofensivo, el nuevo fichaje invernal Bebé debía ser quien guiase a los blanquillos hacia el objetivo.
El zaragocismo ha demostrado durante todos estos años de travesía por el desierto de Segunda División que necesita muy poco para recuperar la ilusión. Entre el todopoderoso Alavés y el Zaragoza había una distancia de 13 puntos, lo que separa al 5º clasificado del 14º. El conjunto vitoriano dirigido por Luis García Plaza llegó a La Romareda en un gran momento de forma y de resultados, encadenando tres victorias seguidas a través de un juego digno de un candidato al ascenso directo.
Una llegada del Alavés, un gol
El Real Zaragoza arrancó el partido haciendo lo que se esperaba de un encuentro en casa frente a un rival de enjundia. Dominando el esférico y apretando en área rival. Bebé cogió el timón del ataque y suyos fueron los primeros disparos entre los tres palos defendidos por Sivera. Ambos marca de la casa del extremo portugués, desde varios metros de distancia con respecto al área. Pura confianza.
Sin embargo, el Alavés demostró esa entereza que te coloca en los puestos de arriba de la clasificación. A pesar de la mayor presencia del cuadro aragonés en campo vitoriano, los de Luis García supieron aprovechar una de las frecuentes desconexiones defensivas que sufren los defensores zaragocistas para adelantarse en el marcador. Una falta lateral, lejos de la meta de Cristian, botada por Toni Moya acabó convirtiéndose en el 0-1 gracias a una perfecta ejecución de cabeza de Sylla dentro del área, a placer. Los zagueros blanquillos se quedaron inmóviles tratando de dejar en fuera de juego al delantero senegalés, sin éxito. De nuevo, el equipo visitante sacando petróleo de la nada.
La respuesta de los locales vino de la cabeza de Miguel Puche tras un córner bien botado por Valentín Vada. El joven delantero turiasonense fue el mejor leyó el centro y metió la cabeza dentro del área pequeña y tan solo un bien colocado Sivera evitó el empate local.
Más allá de esta rápida pero débil reacción maña, la primer parte se diluyó en pérdidas de tiempo de los visitantes y en posesiones.
Apabullante rival en La Romareda
La segunda parte no podía empezar de peor manera. El Alavés consiguió adelantar líneas, desplegar su juego y sentenciar al Real Zaragoza antes de la hora de juego. Una gran combinación de Jason, Antonio Blanco y Toni Moya acabó con en gol de bella factura de este último. Un remate dentro del área, midiendo los tiempos y enviando el esférico a donde Cristian no pudo llegar. 0-2.
Este segundo tanto del Alavés noqueó por completo a los jugadores de Escribá. Las luces se apagaron en ataque y las ideas se nublaron. El plan del Alavés estaba saliendo a la perfección y los babazorros lo sabían. Entre tanto un lince saltó al verde para poner la puntilla al partido. Asier Villalibre, flamante cesión del Alavés, marcó de cabeza en el área pequeña el 0-3 tras un gran centro lateral de Duarte. Un golpe durísimo para el Zaragoza.
Tras el gol del delantero vasco, Fran Escribá hizo debutar a la gran promesa zaragocista del momento, el delantero juvenil Pau Sans, con el 38 en la espalda. Su entrada pareció activar de cierta forma el flanco de ataque del Zaragoza, que empujado por la necesidad de recortar distancias, empezó a acercarse más y mejor a la portería rival. El marcador no se iba a quedar en cero para los locales porque Bebé volvió a hacer una de las suyas. Tras recoger un balón suelto a más de 35 metros de la meta de Sivera, el portugués lanzó un misil directo a la escuadra del Alavés. Golazo imparable que animó un poco a una grada decepcionada con su equipo. 1-3 para confiar en el milagro.
Pau Sans fue la gran amenaza del Zaragoza en la segunda mitad. Su velocidad, desparpajo y olfato en área generaron el único peligro del conjunto zaragocista. La mejor que tuvo fue de cabeza, en el 85, tras un gran remate de cabeza que se estrelló en el palo gracias a una gran parada de Sivera. Sans, el punto positivo de un partido negro.
Al final, Luis Rioja se encargó de certificar el K.O del Real Zaragoza anotando el 1-4 en el último minuto con un remate de primeras al palo de Cristian. Una dura derrota ante el Alavés que supone un golpe de realidad para un equipo, el Real Zaragoza, destinado a luchar por no descender.
Ficha técnica:
Real Zaragoza: Cristian; Gámez (Larrazábal 87′), Francés, Jair, Nieto; Zapater (Alarcón, 58′), Francho, Vada (Bermejo, 58); Bebé (Eugeni, 87′), Puche (Pau Sans, 68′), Simeone.
Deportivo Alavés: Sivera; Arroyo, Abqar (Laguardia, 72′), Sedlar, Duarte; Blanco, Toni Moya (Benavides, 72′), Jason; (Alkain Luis Rioja, Rober, Sylla (Villalibre, 62′).
Árbitro: Iván Caparrós