Segundo de José Francisco Nolasco durante varias campañas, Efrén Pérez regresa al BM Huesca después de una temporada sabática. Su radiografía es que el equipo altoaragonés se presenta “equilibrado” para una competición que recobra a dos equipos históricos y en la que se atisban clubes con cierto poderío económico.
Efrén Pérez ha vuelto al banquillo del BM Huesca. Lo hace después de una temporada sabática. Bueno, al menos huérfana desde el meollo de un equipo de Asobal. Regresa después de una temporada viendo partidos desde la grada, auscultando perlas de este deporte, dirigiendo a la juvenil de Aragón y justo antes de poderse haber ido a Alemania donde tenía posición privilegiada durante tres semanas para ver cómo entrena el Füchse Berlín. Ser el segundo entrenador de cualquier equipo es etiqueta de trabajo oscuro. Pocas veces el foco se pone sobre ellos. Y quizá muchos éxitos de un equipo se sujetan en el trabajo que se hace desde la sombra. “La verdad es que sí tenía ganas de entrenar. Estaba con la juvenil (selección aragonesa) y eso me quitaba algo la ansiedad, pero sí que quería estar en la dinámica del día a día”, dice Efrén parte de la historia del club ya que fue uno de los artífices del ascenso a la Asobal , en la sala de máquinas del vestuario en las cuatro primeras temporadas en la Asobal, además de haber sido segundo de Txema Senosiain con anterioridad.
La Asobal ha seguido, eso sí, cosida al entrenador zaragozano. Se le vio muchas veces por el Palacio de los Deportes de Huesca, también estuvo en la cancha del Anaitasuna, en la final a cuatro de la Copa del Rey y, gracias a Movistar, en muchas ocasiones desde el sillón de casa viendo partidos por la televisión “con una cerveza y unas aceitunas”, confiesa entre risas con su humor socarrón. Eso sí, el chirrido del parquet, la pega, esos momentos previos a un choque, la tensión con la que se vive un partido, todo lo que convive con el deporte en sí no se puede reproducir ni por la tele ni sentirlo desde la grada. Y bien que le penaba.
Gracias a su amistad con Iker Romero se le abrió la puerta para ver cómo entrena uno de los grandes de este deporte como es el Füchse Berlín. La oportunidad se desvaneció tras la llamada del BM Huesca, poco antes de la presentación de la plantilla, que la pasada temporada, desde Navidad, se quedó sin segundo con lo que Nolasco se cargó con todo el peso de la preparación de cada encuentro. Efrén esquiva contestar a la pregunta sobre las razones o la razón de su paréntesis en el banquillo del Bada Huesca. Vuelve al Palacio de los Deportes que tanto conoce y a un equipo profundamente renovado desde que dejó de entrar en el vestuario. De hecho, de su anterior etapa tan solo quedan sobre el 40×20 Marcelo y Marco Mira. El resto, eso sí, (casi) sigue igual.
Estudioso de la competición, Efrén Pérez atisba una Asobal que “ha subido bastante en poderío económico. Nosotros sufrimos los recortes de distintas subvenciones públicas, pero veo plantillas importantes como la de Ademar e históricos clubes que suben como Valladolid y Bidasoa con presupuestos importantes. Salvo el Barça creo que todo va a estar muy igualado”. Respecto al objetivo del Bada tiene claro que el primero de todos es lograr la permanencia y luego mejorar el puesto de la temporada pasada. “Ser sextos estaría muy bien. Mirar más alto lo dirá la competición”, afirma. Respecto a la plantilla altoaragonesa la considera “equilibrada, con muy buena portería, gente nueva como Bonnano con muchas ganas de aprender, jugadores reconocidos como Dijà, Teixeira y jóvenes con mucha proyección. Creo que la afición va a ver una defensa dura y transiciones rápidas, con centrales que aportan dinamismo al juego”. Algo ya se vio en Sabiñánigo contra el Billère, la próxima toma de contacto este viernes contra uno de los grandes: el Naturhouse La Rioja.