El Quebrantahuesos viajaba a Ejea con el objetivo de poner en práctica lo entrenado durante la semana, a sabiendas que enfrente se encontraba un rival a priori inferior. No obstante, el recuerdo del año pasado aún estaba vivo, donde el equipo oscense sufrió para conseguir una victoria pírrica que dejó varios lesionados de gravedad.
Este año, el Quebrantahuesos se conjuró en no repetir los errores del año anterior, y planteó un partido para jugar con movilidad, buscando el canal abierto y aprovechando la inercia de juego. Desde el minuto 4 ya se vio que el partido iba a ser de marcador contundente, con un ensayo de continuidad del talona debutante, Quilez. A este ensayo le sucedieron 6 más en el primer tiempo, que dejaba el marcador más que sentenciado al descanso. Los delanteros percutían bien y dominaban en las fases estáticas y los centros Vili y Angel, encontraban espacios continuamente, permitiendo situaciones de superioridad, que la mayoría de las veces acababan en zona de marca.
El segundo tiempo siguió con la misma dinámica, y aunque el equipo intentó poner en práctica algunas de las jugadas propuestas por Héctor, el director deportivo, los espacios que dejaba la defensa local eran continuamente aprovechados por los jugadores quebrantas para engrosar el marcador. Finalmente en el minuto 60, el equipo segiense consiguió el ensayo del honor después de un ataque continuado por parte de su delantera.
Como aspectos positivos hay que destacar que el equipo oscense está recomponiendo su línea de tres cuartos, muy mermada por las lesiones y dando minutos a jugadores con el objeto de que estén completamente listos para un fin de temporada eléctrico. En este sentido, jugadores como Vili son esenciales para mostrar el camino a seguir. Por su parte, la delantera está poco a poco convirtiendose en el pack más en forma del campeonato, con recambios de calidad en prácticamente todas sus posiciones. Por contra, hay aspectos que mejorar, sobre todo en la búsqueda de ese juego estructurado y ordenado que propone el director deportivo; el equipo, a pesar de ser muy efectivo a la hora de sumar puntos al marcador, no es capaz de dominar el ritmo de juego y frecuentemente acaba cayendo en juego acelerado y desordenado, lo cual da ventaja a sus rivales cuando se producen inevitables cambios de posesión del balón. Los directores de orquesta, la famosa bisagra, han de aprender a dominar ese impuso quebranta a poner toda la carne en el asador y conseguir comunicar a sus jugadores las órdenes de juego de manera más efectiva. El equipo ya ha demostrado con creces su corazón, ahora toca demostrar su cabeza para convertirse en un equipo imparable.
Ejea Rugby Club ofreció hasta el momento del mejor tercer tiempo de la temporada. El tercer tiempo, para los profanos en este deporte, es la consecuencia natural de juntar el respeto al rival, la generosidad del equipo anfitrión y la camaradería inherente a este deporte. En la sociedad actual, dominada por valores como la competitividad y el individualismo, se agradecen tradiciones como esta en la cual ambos equipos, junto con el árbitro, pueden relajarse y crear vínculos de amistad después de un partido, por muy duro que éste haya sido.
FICHA TÉCNICA
Ensayaron: Quilez, Rojo, Vili (4), Adrián (2), Grumpy, Aitor, Javi Fénix (2), Jon.
Transformaron: Aitor (6), Angel Perez (3).
Equipo inicial: Grumpy, Quilez, Hater, Ferrer, NoelNo, Mathieu, Heko, Adrián, Rojo, Gabi, Vili, Angel, Saban, Javi y Aitor. También jugaron Jon, Jesus y Mochu.