ZARAGOZA | Fabio Conte abandonará el Real Zaragoza después de doce años en La Ciudad Deportiva. El enganche zaragozano deja la estructura del filial y busca un salto definitivo hacia el fútbol profesional. Lo hace después de haber firmado su mejor campaña en el Deportivo Aragón, tras haber acumulado goles y elogios. Y se despide con una huella que queda para siempre: su actuación ante el Pontevedra en La Romareda, en la ida del playoff.
Conte pertenece a una estirpe de futbolistas en vías de extinción: es un 10 clásico, un jugador fino, elegante, con sentido de la ocasión y recursos en el remate. Contracultural en algunas cosas, de un futbolista de su condición no siempre se espera el espíritu competitivo que ha mostrado en este curso. Quizá ese gen parta de sus orígenes napoletanos, de su ascendencia paterna. Una imagen en La Romareda lo demuestra. En el peor momento de su equipo ante el Pontevedra, celebró un córner como si fuera un gol. El tanto que llegó de inmediato fue una profecía autocumplida, una señal de su olfato y casi un acto de fe.
Conte mostró su afición por el fútbol en el campo de fútbol sala de una urbanización en Valdefierro. En Torrepajaritos jugaron a sol y sombra, en partidos que nunca acababan. Allí coincidió con su hermano, Alejandro Conte, Mikel García o Pau Sans, entre muchos otros. Desde ese lugar, ensayaron goles y evolucionaron hacia el fútbol profesional, sin perder ese signo distintivo que solo da la calle. Ahí soñaron con poner en pie La Romareda, el lugar que Conte ha definido como “el estadio de mi vida”. Dio sus primeros pasos en el Valdefierro, continuó en el Amistad y alcanzó La Ciudad Deportiva al acabar su ciclo de benjamín.
Su evolución le hizo ser un jugador especial en todas las categorías y la cesión en el Teruel le enseñó las claves de la competición, los secretos del fútbol adulto. Volvió con hambre, con la ambición de ser importante en el plan de Emilio Larraz. Y lo consiguió, más que nunca, en el curso que acaba de terminar. Autor de 10 goles esta temporada, desde la distancia parece injusto que nunca haya podido cumplir su sueño de siempre: estrenarse con el primer equipo.
Fabio Conte acaba de tomar una de las decisiones más importantes de su carrera. También una de las más dolorosas. Hoy le dice adiós al club de su vida.