El 5-2-3 del Oviedo de Anquela impidió que el Huesca pudiese salir jugando desde atrás. Sin Melero, Rubi apostó por Luso y Rulo sustituía a Brezancic en el carril izquierdo. Los azulgranas se sintieron incómodos, sin llegar a controlar el duelo mediante balón y, cuando ganaron terreno, no fue a través del esférico. Aguilera y, sobre todo, Pulido, propiciaron el paso al frente del Huesca, aunque resultó insuficiente.