HUESCA | Antonio Hidalgo es el salvador del Huesca. Gracias al técnico catalán los azulgranas lograron la permanencia en Segunda División en un año en el que el descenso hubiera supuesto la desaparición del club. Cuando llegó el equipo oscense era penúltimo, con 7 puntos en diez partidos, y el clima social era irrespirable en El Alcoraz. La mala gestión del club convertía al estadio oscense en un polvorín, que estalló tras la derrota frente al Eldense, y la entidad decidió desviar la atención con el despido del Ziganda.
Hidalgo, que fue la segunda opción de Martín González (quería a Javi Baraja), hizo las maletas al acabar la conversación con el director deportivo y decidió pagar de su propio bolsillo los 60.000 euros que le costaba su salida de Sevilla Atlético. En un día frenético, llegó a la Base Aragonesa para dirigir un entrenamiento en el que iba a conocer a muchos de los futbolistas que ahora son sus fieles escuderos. En solo cuatro días tenía que armar a un equipo que estaba muerto para enfrentarse al Eibar.
El entrenador de 45 años quiso revivir a su equipo anímicamente y en Ipurua los oscenses sacaron un empate. La primera victoria llegó en la Copa del Rey, en Águilas, y eso le enseñó el camino a su equipo para ganar en Amorebieta. Dos victorias consecutivas llevaron a su equipo a creer en el técnico de Canovelles. Al aficionado le costó un poco más, pero el triunfo en el derbi de La Romareda enganchó a una afición que estaba hastiada de perdidas millonarias y rumores de venta del club.
Hidalgo obró la permanencia del Huesca
Los oscenses acabaron en puestos de descenso el 2024 pese a lograr una victoria por 3 a 0 ante el Cartagena. A los oscenses les costó salir de puestos de descenso, no lo lograron hasta la jornada 25 gracias a un gol inolvidable de Obeng en el añadido del partido frente al Alcorcón. Ese golpe anímico le sirvió a los oscenses para vivir su mejor racha, con 795 minutos sin recibir un solo gol. Cuando más cerca se vio la permanencia llegó una crisis de cuatro derrotas consecutivas. Allí el técnico volvió a motivar a sus futbolistas para conseguir a domicilio, donde mejores resultados sacaron, dos triunfos (Elche y Cartagena) para salvar la categoría.
La temporada 24/25
El verano fue muy movido. El Elche quiso a Hidalgo, pero la cláusula de 300.000 euros frenó su salida. La situación del club fue dramática y solo las llegadas de Arqa y Costa pudieron dar viabilidad al Huesca, que había quedado totalmente saqueado. Mientras tanto, el técnico formó una plantilla que generó muchas dudas en la pretemporada y que empezó como un tiro, con tres victorias consecutivas. Hidalgo no cambia el discurso y todo pasa por la permanencia, aunque las sensaciones del equipo apunten a que este Huesca tenga muy buena pinta.