La mano de Francisco ya está dejando huella en la SD Huesca. El andaluz ha conseguido revivir y dar luz a un equipo que se veía apagado y sin fuerzas para seguir a finales de octubre. Leo Franco comenzó su efímera andadura en la entidad altoaragonesa apostando por un juego atrevido y que no dejaba indiferente a nadie. Cuatro de los seis puntos conseguidos hasta ahora vienen por ello, aunque se destapó la poca solidez defensiva que poseía el equipo a raíz de la goleada recibida en el Camp Nou.
Francisco Rodríguez se percató rápido del problema y ante el Sevilla armó una defensa con cinco zagueros y un doble pivote en el centro del campo. La diferencia de goles fue tan solo de uno ante un equipo que compite en Europa, y contra el Getafe, Semedo, Exteita y Pulido volvieron a formar en el eje con Akapo y Miramón flanqueando las bandas. Tras haber cumplido la sanción, Damián Musto volvió a ser titular en el pivote al lado de Moi Gómez. Aún así, se apreció que a pesar de partir con muchos jugadores en la línea defensiva, el Huesca no sabe sacar el balón jugado.
Un balonazo a tiempo puede ser bueno, y más si el técnico azulgrana aprovecha la altura de Samuele Longo. Además, la experiencia y potencia en los desplazamientos de Semedo y Etxeita pueden ser un recurso aprovechable tanto para las bandas como para el delantero. Probablemente parecerá menos estético pero en el fútbol gana quien más goles anota. La posesión y las ocasiones generadas quedan en mera estadística cuando el rival te ha metido dos goles. Al jugar con tres centrales y sustituyendo a Longo por ‘Cucho’ en punta, el Huesca puede permitirse jugar más vertical y más directo en según qué situaciones.
No hace falta pasar por el centro del campo para llegar a la portería rival, sino centrarse en sacar el máximo rendimiento de la defensa y originar ocasiones de gol a partir de un desplazamiento largo a la cabeza de la delantera. Seguramente sea menos atractivo que ver cómo el equipo mantiene la posesión y realiza pases para generar peligro, pero visto lo visto puede resultar más efectivo. No hace falta introducir solamente a Longo en este estilo de juego, sino también la velocidad de Gürler y Ferreiro con balones a la espalda pueden derivar en grandes alternativas cuando el juego está espeso.