El Real Zaragoza de Fran Escribá cree que su salvación llegará por la senda de los empates. El equipo aragonés ha sumado 13 tablas en el curso y 9 de ellas llegaron con Escribá en el banquillo. El técnico reflejó al acabar el duelo ante el Albacete la importancia de sumar, como el mal menor que ofrece un marcador. Escribá ha sumado el 37% de sus puntos a través de la igualada y por eso le agradece muchas cosas a ese resultado.
El Zaragoza iguala ahora su mejor racha de la temporada, con cinco partidos sin perder. Su fútbol, eso sí, es más triste que nunca, sin recursos para jugar ni soluciones para vencer. No es la primera vez que Escribá registra una racha de resultados similar, pero las impresiones que ofrece el equipo son ahora bastante distintas. En su llegada, el técnico sumó otros cinco partidos sin derrota, pero fue capaz de vencerle al Huesca e Ibiza en esa cadencia. Ahora, en esta racha de 4 empates y una victoria, ha podido perder muchos de esos partidos que nunca mereció ganar.
Mientras la afición se harta de temporadas de transición, el ambiente en el club se enrarece. El técnico no tiene garantizada su continuidad y desliza mensajes en sus ruedas de prensa. No hay demasiada calidad en sus intérpretes y el empate es muchas veces lo máximo a lo que este equipo puede aspirar. Mientras tanto, responde bajo mínimos: busca cerrar su portería y espera que su primer golpe en los partidos sea definitivo. Esa suerte valió para vencerle al Leganés pero no sirvió ante Huesca y Albacete, que buscaron mucho más la victoria que un Zaragoza lleno de desencantos.
El equipo de Escribá se acerca a la franja más peligrosa de todas las temporadas. Para salvarse, cree que bastaran media docena de puntos, una cifra que la Ponferradina espera aumentar con su reacción final. En ese lugar de la historia aparece un técnico que se ha dejado muchos más puntos en el camino de los que ha sumado (30 puntos perdidos y 24 ganados). Solo tres equipos han sumado más tablas que el Zaragoza en la temporada (Levante, Las Palmas y Huesca) y resulta sencillo pensar algo que juega a favor de los argumentos del entrenador: ¿dónde estaría este equipo sin esas tablas?
Escribá cree ahora que el mejor premio de consolación para este equipo son las tablas y que su Real Zaragoza no debe desviarse del carril de los empates.