Dice el refrán que nunca es tarde si la dicha es buena, así podríamos resumir la actuación en el Nuevo Arcángel de Marc Gual. El delantero catalán anotó tres goles de una tacada, completando frente el Córdoba el partido más redondo desde que viste la camiseta del Real Zaragoza. Un ‘hat-trick’ que llega a tiempo porque supone una victoria que es oxígeno puro, pero que se ha hecho esperar demasiado porque Gual estaba llamado a ser la referencia en ataque junto a Álvaro Vázquez de un equipo que soñaba con el ascenso.
Su fichaje no fue sencillo. Lalo Arantegui tenía apuntado su nombre en negrita y arrancó el compromiso del jugador y de su empresa de representación, que dieron su palabra al Real Zaragoza mucho antes de que arrancase la pretemporada, pero el Sevilla dilató en exceso su salida y Marc Gual no llegó a La Romareda hasta días antes del debut liguero. El delantero acusó el peso de la responsabilidad y, aunque Álvaro se sumó al proyecto, siempre tuvo los focos muy pendientes de su juego y, sobre todo, de sus goles. Unos goles que tardaron en llegar, se estrenó contra el Albacete a finales de septiembre y en noviembre le marcó su segundo y hasta el domingo último gol al Mallorca.
Escaso bagaje hasta Córdoba
Dos tantos, ese era el escaso bagaje goleador de Gual hasta llegar a Córdoba, un delantero con más fútbol que acierto que llegó a desesperar a propios y extraños con fallos impropios de un profesional. Por momentos, La Romareda tuvo paciencia y espero su explosión como delantero top de Segunda, pero una fría tarde de enero todo cambió. Marc Gual tuvo en sus botas la victoria contra el Málaga con cuatro ocasiones mano a mano con Munir. No acertó. Y lo que es peor, se desesperó a sí mismo, sus gestos delataron que la presión le había superado, y desapareció del once y también de las convocatorias.
Víctor Fernández siempre valoró su fútbol y trató de cuidarle para recuperar a un proyecto de futbolista cuyos mejores partidos están por llegar. Por eso, en la final contra el Córdoba, el técnico le dio la titularidad, sí, en un partido a vida o muerte, porque Víctor siempre creyó en las cualidades de Gual. Y Marc respondió con el día más esperado por todos, por él mismo, por el entrenador, por sus compañeros, por Lalo y por la afición. Tres goles en 18 minutos para acabar con los fantasmas del pasado, para reclamar que los focos vuelvan a enfocarle, para recuperar en el campo la sonrisa de niño travieso que le acompaña lejos del verde. La noticia es que Marc Gual ha vuelto a tiempo para contribuir en una victoria que huele a permanencia, la pregunta es qué habría sido del Real Zaragoza si hubiese tenido el acierto del domingo durante toda la temporada…