Rubén Pulido está en proceso de aprendizaje. El joven central llegó en verano como el fichaje estrella de la defensa del Huesca pero su adaptación no está siendo sencilla. En El Molinón vivió su primera expulsión en el día que reaparecía en el equipo de Ziganda. El entrenador navarro había anunciado su titularidad por la sanción de Jorge Pulido. Una prueba de confianza para un defensa de 22 años que no está viviendo la temporada que esperaba.
Ziganda quiere formar al madrileño para que la próxima temporada le dé un rendimiento máximo, pero antes tiene que aprender. Jeremy Blasco le ha ganado el puesto que parecía asignado para él y Rubén sufre la agonía del reserva que se quiere reivindicar. En Gijón estuvo correcto y ayudó a achicar aguas en una segunda parte en la que el Sporting encerró a los azulgranas. Sin embargo, en los últimos minutos tuvo que hacer una falta que le costó su segunda amarilla y la impotencia del que quiere ser titular se dejó notar en su cara cuando salía del campo ante la mirada de Ziganda.
Rubén Pulido llegó con propósitos de año nuevo después del parón invernal y tras verse señalado en la goleada sufrida ante el Real Zaragoza y con el infortunio vivido en Ipurúa. Ante el Éibar se marcó un gol en propia y cometió un penalti que significaba la remontada del equipo armero. Dos errores consecutivos que le costaron el puesto en el equipo titular. Ziganda parece cada vez más decidido a utilizar una defensa con cinco integrantes y el joven Pulido deberá opositar, tras cumplir sanción ante el Granada, para hacerse otro hueco en el equipo altoaragonés.
La paciencia de Rubén Pulido
El Huesca estuvo todo el verano detrás de Rubén Pulido. El central no iba a seguir en el Fuenlabrada tras su descenso y el jugador tuvo muchos pretendientes. Ángel Martín González pidió paciencia al futbolista y el futbolista hizo la pretemporada con su equipo, pero no compitió en los amistosos evitando posibles lesiones. Rubén apostó por el equipo oscense y llegó traspasado desde el Fuenla con un contrato por tres temporadas. Un central de futuro que Ziganda está criando con mimo y paciencia.