El primer amistoso de la SD Huesca -Osasuna Promesas- sirvió para dejar claro que faltaba mucho por hacer; en el segundo contra el Osasuna de Primera se vieron algunas cosas; el tercero -con el Calahorra de esparrin- fue malo y este sábado contra el Éibar tiene todos los visos de ser un partido de puerta grande o enfermería. Los guipuzcoanos fueron la pasada campaña el ejemplo más claro de lo que es la Segunda División. Una escuadra poderosa, de la que en agosto del 21 se decía que iba a ‘subir’ en marzo… y que vuelve a ser rival del Huesca.
Los ‘armeros’ están llamados a ser candidatos al ascenso. Eso sí, cada temporada que pasa el lastre es mayor. Los que han bajado son equipos con nombre y con dinero. Y eso se nota al formar plantillas. Otra cosa es que formen equipos. El Huesca acude este sábado en horario matinal -11.30- a medirse contra un equipo de enjundia. Lo hará en Tafalla (Navarra). Seguirá sin contar con Hashimoto que se espera que llegue, por fin, este fin de semana, sin Sandro que sigue con ‘molestias físicas’, las bajas de los lesionados Lombardo, Andrés Fernández y Salvador y con el grueso del actual equipo con más entrenamientos en las piernas y en las cabezas de los jugadores. Y es que ‘Cuco’ Ziganda trabaja mucho con el vídeo. Imágenes para corregir y aplaudir.
Y mientras el equipo se ahorma, la dirección deportiva trabaja en el fichaje de jugadores para llegar a la primera cita de la temporada -en casa del Levante el 12 de agosto- con más potencial. Ahora mismo, la puerta de Martín González es como la de los salones del oeste; los goznes sirven para entrar y para salir. Hay que alistar al menos a dos centrales, un centro campista y un delantero y hay que resolver los casos de Sandro y de Álvaro Fernández. Y todo ello, a la vez. La marcha del delantero y del portero son clave para liberar masa salarial y que se cierren por fin incorporaciones de nivel que, según diversas fuentes, se encuentran muy avanzadas.
Juan Carlos y el incierto futuro
Por lo que respecta a la cita de mañana, Juan Carlos ha sido el encargado de poner voz al vestuario. El jugador arrancó la campaña en posición de salida y ahora ha dado un giro de 180 grados… aunque con matices. Y es que el propio jugador ha deslizado que el fútbol es muy cambiante: “Hay varios escenarios, queda un mes y a ver lo que pasa y lo que es mejor para todos”. Ha dicho que se considera un hombre de club, pero con el matiz de que “asegurar el futuro próximo no se puede predecir”, indicaba. Por lo que respecta al amistoso de mañana ha significado que “el Eibar es un rival de liga, de máxima exigencia y nos va a venir bien”.