Hoy día todo club que dispone de un psicólogo deportivo o un técnico especializado en esta materia, cuenta con una serie de ventajas que van mucho más allá de la más obvia, el entrenamiento mental de los deportistas, suponiendo una importante descarga de trabajo al entrenador, auxiliando en la prevención y recuperación de lesiones y, en el deporte base, orientando a los padres y educando en valores.
Así como un club puede contar con un equipo técnico con entrenadores, preparadores físicos, fisioterapeutas, entrenadores de porteros, etc. también puede contar con un profesional de la psicología deportiva que desarrolle las siguientes labores:
Entrenamiento en habilidades psicológicas
Un psicólogo del deporte que trabaje codo con codo con el cuerpo técnico se encarga de potenciar, mediante entrenamiento mental, todas aquellas habilidades psicológicas implicadas en el rendimiento deportivo. Así, la cohesión (ser una piña), la concentración (salir enchufados, no salirse del partido), el control de la activación (los nervios, la presión) o la motivación dejarán de ser temas que dependen de la experiencia personal y el azar, y pasarán a ser controlables de una forma racional, de la misma forma que el físico o la técnica.
Descarga trabajo al entrenador
Cuando no tenemos psicólogo, todo este trabajo suele recaer en el entrenador, quien algunas veces puede carecer, comprensiblemente, de la formación, experiencia o tiempo requeridos para llevar a cabo un buen entrenamiento mental. Bien es cierto que hay muchos entrenadores que gestionan, intuitivamente, de forma muy acertada todos estos aspectos, pero la posición de poder que les da su cargo impide ciertas formas de relacionarse con los jugadores, que solo desde la posición del psicólogo pueden darse y resultan de enorme utilidad.
Educación en valores
El deporte es un medio magnífico de transmisión de valores, y nos da una gran oportunidad para formar deportistas y personas. Muchos clubes ondean ciertos valores como bandera (unidad, juego limpio, lucha, respeto, humildad…) e interesa que los deportistas los adquieran desde las categorías inferiores. En este sentido, un psicólogo tiene mucho que decir y aportar, con diferentes técnicas educativas y de aprendizaje.
Relación con los padres
Muchos clubes demandan charlas y talleres para los padres de sus jóvenes deportistas. La influencia de los padres afecta de forma directa en la formación deportiva de sus hijos, y el comportamiento en la grada, la sobreprotección, el desinterés, el lenguaje no verbal o la sobreimplicación son acciones que, siempre con la mejor de las intenciones detrás, pueden llegar a afectar negativamente al desarrollo como deportistas de sus hijos.
Y por el contrario, un adecuado conocimiento de estos temas propiciará que los hijos practiquen su deporte como la mejor de las experiencias.
Prevención y recuperación de lesiones
Hay muchas ocasiones en las que hemos oído a un médico deportivo decir que no hay razón física aparente para que determinado deportista se lesione de forma tan recurrente. Esto ocurre porque muchas veces el trabajo comienza en la cabeza. La carga emocional que supone una lesión, el estrés, la ansiedad por recuperarnos pronto, etc. pueden hacernos dudar a la hora de rehabilitar, volver a la actividad al cien por cien o tener de nuevo la confianza del entrenador, todas cuestiones en las que el psicólogo puede ser fundamental.
Como vemos, la inclusión de un especialista en psicología deportiva en el cuerpo técnico de cualquier club supone una importante ventaja tanto para el deporte de competición como para el de base.
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