Hace ya varias semanas que en estas mismas líneas afirmé, sin temor a equivocarme, que el Real Zaragoza había enterrado al fantasma del descenso. Sí, fue después de ganar en Lugo cuando el equipo de Víctor Fernández alimentaba semana a semana el runrún del play off. Pues bien, un mes y un punto después –sí, el conjunto blanquillo solo ha sumado empate en las cuatro últimas jornadas-, la situación en la clasificación obliga como mínimo a darle dos palmaditas en la cara al dichoso fantasma para ver cómo está de despierto. Sigo creyendo que está más muerto que vivo, pero la zona roja se encuentra a cuatro puntos y la sombra de la Segunda División B vuelve a ser alargada.
Por fútbol, no tengo ninguna duda. El Real Zaragoza no es uno de los cuatro peores equipos de la categoría, ni mucho menos, pero hay que valorar otras cuestiones. Por ejemplo, su fragilidad defensiva y su falta de acierto en el remate. No hace mucho tiempo escuché una reflexión sobre el equipo de Víctor que resuena cada partido en mi cabeza: “El Real Zaragoza es el mejor equipo de Segunda… jugando sin porterías”. Es una afirmación palmaria. Una sentencia que dibuja bien lo que le ocurre al conjunto zaragocista. Tiene la pelota, domina al rival, combina bonito, pero `no le mete un gol al arcoíris´. Así las cosas, el objetivo de Víctor Fernández pasa por conseguir cierta fiabilidad en los balones parados defensivos y, sobre todo, por afinar el punto de mira de unos atacantes que generan noticias por mil y una circunstancias y, lamentablemente, muy pocas veces por sus goles.
Con la que está cayendo en los últimos años, decir que el partido del sábado contra el Elche es una final creo que está fuera de lugar, pero bien harían los futbolistas en dar un paso al frente y sacar los tres puntos en juego, porque cualquier otro resultado solo aumentaría una crisis que no merecen ni Víctor Fernández ni mucho menos la afición. El técnico porque poco puede hacer en acciones que solo dependen de la concentración y del acierto de sus jugadores, y los seguidores porque llevan mucho tiempo estando muy por encima del rendimiento de sus jugadores. Y añado yo, el Real Zaragoza tiene y debe ganar porque estaría muy feo que el próximo lunes tuviésemos que hablar de que hemos resucitado a un fantasma.