ZARAGOZA | “Todavía no sé dónde estaré el año que viene”, dijo Víctor Fernández a principios de abril. La frase sorprendió y congeló al zaragocismo, pero no al entorno del técnico. También supieron que era algo que el técnico decía con varios objetivos. El primero, centrarse en una meta que todavía no está cerrada: los 50 puntos. La segunda, era una advertencia lógica: su continuidad no está apalabrada.
Víctor necesita que el proyecto tenga garantías competitivas. Y tiene voz para pedirlas. El técnico está expuesto a un desgaste mayor que el de cualquiera de sus predecesores. Siente al Zaragoza como un aficionado más y pone en riesgo su prestigio en un salto sin red, sin demasiados precedentes. Quizá por esa razón no está dispuesto a convivir con el peligro del descenso en el curso que viene. Y según ha podido saber este medio, en esa ecuación, lo que suceda con Alejandro Francés es una de las claves en su balanza.
Víctor siempre midió todo lo que dijo y supo decir mucho en todo lo que callaba. Llegó a Zaragoza para terminar la obra que dejó inacabada: el ascenso de su equipo a Primera División. Su fracaso, el regreso del fútbol tras la pandemia, le dejó “inmerso en una soledad infinita, de dolor y de tristeza”. Víctor Fernández meditar restaurar el curso que viene esa deuda. Para esa empresa, quizá el mayor desafío de su carrera, quiere contar con el mejor futbolista de la plantilla.
Víctor Fernández siente a Alejandro Francés como una apuesta personal: “Hice debutar a Francés con 17 años y no es ninguna sorpresa su evolución. Entonces le vi unas posibilidades y condiciones tremendas: una personalidad y un carácter impresionantes. Pero este no es el Francés que espero para el futuro ni el que espera todo el zaragocismo. Tiene un margen de mejora importante y hay que reforzarle a través de la autocrítica. Puede hacer más cosas y mejores. Es un chico con jerarquía, valiente, técnicamente muy dotado. Me encanta Alejandro Francés (…) Es un jugador importante y encima es aragonés, zaragocista y siente la camiseta como el que más”.
El fútbol se escribe en un lenguaje caprichoso. Ahora, la agencia que asesora a Alejandro Francés en su futuro pertenece a Lalo Arantegui, que fue en el pasado el mejor promotor de su talento. Arantegui y Fernández coincidieron la última vez que el Zaragoza bordeó el ascenso y siempre ha habido rumores sobre la distancia que había en su relación. Más allá de que fueran ciertos o no, para que se cumpla uno de los propósitos de Víctor el fútbol deberá sentarles de nuevo en la misma mesa.
La continuidad de Alejandro Francés en Zaragoza es compleja. El verano despertará el interés de equipos de Primera, la liga a la que corresponde ya su talento. Algunos factores pueden jugar en contra de los pronósticos. Uno de ellos es el zaragocismo del canterano, impreso ya en la piel y visible sobre el césped. Otro es que si alguien puede convencerle de su continuidad ese es Víctor Fernández. La noticia es que hasta hoy no se sabía que las dos piezas podían estar estrechamente relacionadas.