La Sociedad Deportiva Huesca empató ayer (0-0) frente al Girona. El equipo evidenció una clara ausencia de ocasiones ante un rival superior que mereció más de un punto. La falta de acierto en ataque contrasta con el muro que construyó Leo Franco en Montilivi, haciendo posible la consecución de un valioso punto.
Luis Fernández celebra su gol al Tenerife | Foto: C.PascualCuatro goles en cuatro partidos. Es el pobre bagaje goleador que suma el Huesca en este arranque liguero. Las incorporaciones estivales en la parcela ofensiva hacían presuponer que el equipo oscense no iba a tener problemas de cara a puerta. Sin embargo, y exceptuando el loco partido inaugural frente al Alavés (2-3), los arietes azulgranas parece que se han quedado sin pólvora.
Un gol en Albacete, otro en El Alcoraz y ninguno en Girona son los registros goleadores del Huesca tras el primer partido de liga. Las dudas parecían disiparse tras el partido copero en Mallorca, donde el Huesca demostró saber marcar aunque también perdonar (Héctor Figueroa al palo y posteriormente parada in extremis de Cabrero). La incertidumbre no recae en el juego y en la creación de jugadas, sino en su finalización. Tevenet todavía no ha probado seriamente a Jonathan Moya y a David Mainz. El costarricense apenas ha contado con minutos para demostrar su valía y Mainz ni siquiera ha entrado en ninguna convocatoria.
Los atacantes tienen el gol corriendo por las venas, su pasado les avala, ahora hay que esperar que la pelota quiera entrar para quitarse los complejos y buscar la primera victoria de la temporada, teniendo la quinta oportunidad frente al Elche el próximo fin de semana en El Alcoraz.
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