El gol. El bien más preciado en el fútbol. Aquel instante capaz de levantar de alegría a estadios, ciudades y países, al mismo tiempo que hunde en lo más profundo al desdichado que lo recibe. Que se lo digan al Real Zaragoza, cuyo devenir en la categoría durante los últimos años ha estado marcado, en gran medida, por los fallos y desgracias relativas al gol. Una –mala– suerte que parece estar cambiando en las últimas semanas.
El trío de victorias consecutivas en apenas nueve días ha provocado un cambio radical en la confianza y esperanzas del Real Zaragoza capitaneado por Jim. Seis goles en tres partidos que hacen pensar que los blanquillos no es que se hubieran olvidado de marcar, es que la diosa fortuna no les acompañó durante el primer trimestre del curso. Y lo que es más importante, los delanteros fichados para marcar los goles que el año pasado brillaron por su ausencia ya han abierto la veda. Álvaro Giménez y Nano Mesa tienen apuntados en su contador cinco tantos entre los dos.
Menos ocasiones, más goles
El Real Zaragoza de principio de temporada se caracterizaba por un juego dominador lleno de ocasiones de gol. Desde el principio se colocó en las estadísticas como uno de los equipos que más disparaban a puerta de la categoría. Sin embargo, también se posicionó como uno de los conjuntos con peor eficacia goleadora. Unas estadísticas desesperantes para el aficionado zaragocista.
Desde que comenzó aquella histórica racha de empates frente al Fuenlabrada en tierras madrileñas, los muchachos de Jim tan solo fueron capaces de anotar siete goles en nueve partidos. Un escaso promedio goleador de 0,78 tantos por partido que mermó, y de qué manera, las aspiraciones de los maños en el primer tercio del curso. Tal es el cambio experimentado de cara a puerta que en estos tres últimos choques (Burgos, Sporting y Las Palmas) el Zaragoza ha anotado seis goles, únicamente uno menos que en los agonizantes nueve últimos encuentros.
Sobre estos datos cabe resaltar el menor número de ocasiones que el equipo ha tenido que generar para conseguir los goles. En Burgos, a la primera fue la vencida; en casa frente al Sporting, el Zaragoza metió casi la mitad de sus tiros a puerta (5); y contra Las Palmas las estadísticas contabilizaron cuatro ocasiones claras y el electrónico reflejó tres goles a favor de los visitantes. Un incremento en la eficacia de cara a puerta clave para entender los excelentes resultados encadenados por los de Jim. El Real Zaragoza ha aprendido a llegar mejor al área rival, con más clarividencia y orden que en las jornadas anteriores, en las que en ocasiones la precipitación acababa por arruinar las buenas jugadas.
Álvaro Giménez y el sabor del gol
Aquel que en su día marcó nada más ni nada menos que 19 chicharros en Segunda sabe muy bien a qué saben los goles. Es un sabor que engancha, dulce y suave, que se olvida con facilidad si no van incluidos en tu dieta cada semana. De hecho, si dejas de engullirlos durante un largo periodo de tiempo puedes llegar al punto de olvidar incluso la sensación que provoca.
Álvaro Giménez fue un auténtico sumiller del gol, pero una mala racha lo apartó del sabor que más le apasionaba. Ahora, tras recobrar la confianza en sí mismo, ha vuelto a saborear el producto estrella del fútbol y el Real Zaragoza respira aliviado por este deseado reencuentro.
El punta ilicitano necesita de un contexto como el que vive actualmente el Zaragoza. Un equipo capaz de leer y entender las fases del partido y con jugadores verticales (Nano, Borja) y con buen último pase (Eguaras, Bermejo). Hay que señalar que Álvaro nunca se ha caracterizado por su autosuficiencia para generarse ocasiones; él es un ratón de área capaz de aparecer cuando menos se le espera en el sitio indicado. Un don del oportunismo que se pudo apreciar con sus dos goles frente a Las Palmas. Además, un jugador que con sus movimientos hace jugar al resto a pesar de entrar en contacto con el esférico en contadas ocasiones. Desde luego, un ‘9’ muy poco convencional.
“El gol es lo que da moral y confianza”, indicaba el delantero zaragocista en rueda de prensa. Sin duda, y a pesar de que él mismo admite poder mejorar su rendimiento, el Real Zaragoza, con sus goles, comienza a creer mucho más en sus posibilidades de estar “en la pomada”.